¿CALIDAD O CANTIDAD?
El tema de la posesión demoníaca, hoy por hoy, atrae multitudes gracias a las numerosas películas y series de TV que lo han puesto en boga. En parte, este tópico se ve minado por supersticiones e información espuria.
La Biblia hace mención expresa a los endemoniados. Muestra a los demonios como seres reales cuyos conocimientos superaban al de las personas en cuyo cuerpo moraban. Por ejemplo, en Marcos 1:24, se menciona el reconocimiento de Cristo por parte de un demonio: antes de que la gente lo reconociera, un espíritu repugnante expresó: "¡Ay! ¿qué tienes contra nosotros, Jesús de Nazareth? ¿Viniste para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios". Pasajes presentes en Hechos 19:14-17, Mateo 8:29 y Luc. 10:17-20 nos permiten concluir que estas criaturas malignas eran reales, se apoderaban de personas y obtenían su poder directamente del Diablo.
¿De qué manera se hacen presentes estos malos espíritus hoy en día? La gente atribuye varias acciones a los demonios, como decíamos, especialmente a partir de información popularizada por películas modernas...
¿POR QUÉ EXISTEN LOS DEMONIOS?
La pregunta más natural, después de confirmar la existencia de los demonios y el poder crístico, es: ¿por qué se permite a los demonios posesionarse de seres humanos, si el poder divino es mayor?
Varios estudiosos han ofrecido sus interpretaciones a este fenómeno. Wayne Jackson responde lo siguiente: dado que los demonios estuvieron primero bajo el mandato de Dios (según Luc. 10:17), se les permitió, sin embargo, afligir a algunos hombres por permiso divino... pero ¿por qué?
Porque esto puso de manifiesto, paradójicamente, la suprema autoridad de Jesús. A medida que el Señor revelaba su control sobre la Naturaleza (Mr. 4:30), las enfermedades (Mr. 1:12), los bienes materiales (Jn. 2:9) e incluso la muerte (Jn. 11:44), así también demostró que era capaz de dominar el universo de los espíritus.
Las Sagradas Escrituras ponen en evidencia su gran poder: “Si por el dedo de Dios expulso yo fuera a los demonios, es porque el Reino de los Cielos ha llegado hasta ustedes” (Luc. 11:20). Incluso a los fieles seguidores de Cristo les estaría permitido exorcizar a los demonios, según el pasaje de Lucas 10:17.
Otro estudioso, Victor Hoven, agrega que "En los tiempos en que vivió Cristo, los demonios fueron más activos que nunca. La expulsión de los mismos por parte de Jesús demostró de manera pública su gran poder sobre aquél que deseaba destruir sus obras y milagros”. Esto significa que Dios contempló la expulsión demoníaca como un verdadero triunfo sobre el Maligno (Mat. 12:28-29; Luc. 10:17-18). Esa es la razón de su existencia en el alma de los hombres.
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