El Tomillo (Thymus vulgaris) es una pequeña planta muy común en la cuenca mediterránea, aunque se distribuye por toda Europa. Podemos encontrarla en parajes herbosos y pastizales secos, así como en los márgenes de los senderos, en setos y junto a paredes y rocas. Sus minúsculas hojas contienen timol, una poderosa esencia que tiene muchas virtudes medicinales.
Es una planta aromática, herbácea y de hoja perenne, de la familia de las Lamiáceas o Labiadas, que aparece en forma de matojos compactos. Toda la planta desprende un olor suave y agradable.
El tomillo se emplea, además de con fines culinarios, como estimulante general, ya que favorece la digestión y la circulación, activando el sistema nervioso. Es por ello por lo que se aconseja su ingestión en casos de atonía, inapetencia, depresión, estados de decaimiento general, etc.
Modo de empleo
Para aliviar los síntomas de decaimiento general antes mencionados, es conveniente tomar el tomillo en infusión. Para ello, se prepara una infusión con aproximadamente 20 gramos de planta seca por cada litro de agua hirviendo. También puede dosificarse con una cucharada de café por cada taza de agua, como mejor lo veáis. Tómate de 3 a 4 tazas diarias y empezarás a notar mejorías visibles.
Otras aplicaciones del Tomillo (que también iremos viendo...)
Halitosis
Inflamaciones de la boca, aftas
Inflamaciones de la piel, llagas, heridas
Jaquecas, insomnio, dolor de cabeza
Resfriado, ronquera, laringitis, faringitis, bronquitis, dolor de garganta, tos, tonsilitis
Trastornos gastrointestinales (meteorismo, diarrea, espasmos, gastroenteritis)
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