Cuando llega ese momento, el del “gran oooh”, muchas mujeres sienten que expulsan un líquido… Para algunas es un gran placer, pero otras se sienten extrañadas y un poco avergonzadas, sin poderse explicar qué les ha pasado.
La realidad es que entre un 35 a un 40 por ciento de las mujeres, eyacula al tener su orgasmo. Esta experiencia está generalmente asociada con la estimulación del Punto G; sin embargo, aún existe mucha controversia a su alrededor, particularmente en cuanto a cómo sucede y de qué está compuesto.
Los estudios realizados hasta el momento indican que el líquido eyaculatorio femenino, al igual que el masculino, es expulsado a través de la uretra; siendo su cantidad variable de mujer a mujer, e inclusive de una experiencia a otra. Según los registros efectuados por los sexólogos Beverly Whipple, Edwin Belzer y John Perry en 1980, una mujer puede eyacular desde sólo unas pocas gotitas de líquido hasta varias onzas.
Pero… ¿de qué se compone la eyaculación femenina? Debido a la gran cantidad de líquido que puede expulsarse, y el canal por donde es conducido, indudablemente hay íntima relación con la vejiga, y allí se deposita la orina. Pero al examinar de cerca el líquido, encontramos que lo eyaculado tan siquiera es del color de la orina – ¡y tampoco huele, sabe, ni mancha como ella!
Cuando el líquido eyacultario fue comparado en estudios de laboratorio con orina, se encontró que presentaba altos niveles de ácido fosfático prostático y glucosa; mientras que la orina era alta en urea y creatinina. Más recientemente, investigadores como el Dr. Gary Schubach han resuelto que se trata de una mezcla de las sustancias descritas por Whipple, Belzer y Perry – ácido fosfático prostático, y glucosa – y orina en su estado puro.
Uno de los problemas más comunes relacionados a este tema es la gran falta de información en cuanto a la eyaculación femenina. Son muchas las personas que se confunden con esta experiencia y piensan que, en efecto, no pueden controlar el deseo de orinar durante el orgasmo. Esta falta de conocimiento de que lo que se está produciendo es eyaculación y no incontinencia resulta en momentos de incomodidad, ansiedad y vergüenza para quien es “acusada” de haberse orinado.
Es importante tener en cuenta que la incontinencia urinaria, a diferencia de la eyaculación femenina, puede darse cuando la persona tose, estornuda o estalla en carcajadas. La eyaculación sólo se genera mediante la liberación orgásmica.
Es bien importante que no traten de convertir la eyaculación femenina en una meta. El tenerla de ninguna manera señala madurez ni capacidad sexual, es una experiencia muy particular que, de producirse, debe ser aceptada como absolutamente normal y verse como una oportunidad más de expresarse sexualmente. Cabe resaltar que la eyaculación de la mujer, a diferencia de la del hombre (que es orgásmica y reproductiva), no tiene otro propósito que no sea provocar placer sexual. Por lo tanto, si tienes la dicha de tenerla, ¡disfrútala!
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