Cuando oímos hablar de traumas, a menudo, nos pueden aparecer en la mente imágenes de casos graves, pero muchas veces se trata de situaciones relativamente sencillas, que nos han afectado mucho y que sin darnos cuenta, nos han limitado en nuestra manera de ser i de actuar.
Algunas veces no somos conscientes de que tenemos un trauma o estamos convencidos de que el que teníamos lo hemos superado.
Hay traumas que son graves y muy claros, por ejemplo:
-La enfermedad o muerte de un familiar o amigo, sobretodo si es repentina o si se trata de una persona joven.
-El maltrato infantil.
Pero también puede traumatizar:
-Una fuerte discusión con una persona cercana, tanto si es en relaciones familiares, laborales o de ocio.
-Un disgusto con padres, hijos, parejas o amigos.
-Un desengaño sentimental o separación, con toda la situación emocional que conlleva.
-Un gran susto, un accidente, perder el trabajo, una humillación etc.
Todas estas situaciones pueden ser recientes o lejanas
En algunas ocasiones pensamos que hemos resuelto una situación traumática y no es así, la hemos escondido o la ignoramos, pero si por algún azar nos vuelve el recuerdo y nos duele mucho, nos hace llorar o aflora la rabia, entonces es que no esta superado.
La Estrella de Belén es una flor blanca y pequeña cuya esencia nos proporcionara la ayuda necesaria para resolver el trauma. No hace olvidar, sencillamente asumiremos lo que no se puede cambiar, desbloquearemos barreras i eliminaremos el dolor que nos provoca y que no nos permite estar bien.
El Dr. Bach dijo sobre la Estrella de Belén: “Para que haya trauma tiene que haber resistencia y es esta resistencia la que nos duele”.
Esta flor neutraliza cualquier resistencia, restaurando los mecanismos de autocuración.
A menudo, cuando el dolor domina nuestro ser, se van produciendo bajadas de defensas en nuestro cuerpo, por eso es tan importante hacer el esfuerzo por superar las dificultades que se van presentando en la vida. Ya se que a veces tenemos clara la teoría pero nos falla la practica, entonces es aquí donde nos ayudan las flores, equilibrándonos y dándonos el impulso necesario.
Cuando existe trauma conciente y reciente, necesitamos exteriorizar-lo, llorar, si hace falta y pasar un periodo de duelo y recuperación. La no aceptación y las lamentaciones repetidas que no llevan a ninguna parte, nos van absorbiendo energía. Una actitud más positiva seria preguntar-nos: “¿Con lo que me ha pasado, como afronto ahora mi vida ahora?”.
Buscar apoyo, sentirse comprendido y recuperar una motivación que nos empuje es de gran ayuda.
Cuando el trauma no es consciente, puede salir. A veces en sueños o de manera sutil pero depurando i reconectando la energía bloqueada haciéndonos sentir reconfortados y en paz.
También puede suceder que debido al trabajo interno de las flores, provoquen en la persona, cansancio o ansiedad. En este caso añadiremos las esencias necesarias para tratar estas reacciones y llegar a un resultado satisfactorio con mas fluidez.
De todas maneras, normalmente, los traumas se resuelven de manera natural, suavemente, reorganizando y depurando.
Otras aplicaciones practicas de la Estrella de Belén:
Se puede preparar para mujeres que, sin tener una causa orgánica, no pueden quedar embarazadas porque un bloqueo se lo impide, por ejemplo tensiones o miedos conscientes o inconscientes. En la mayoría de los casos el embarazo surge rápidamente.
También es útil para personas que no se dejan ayudar o sea que se resisten.
En recién nacidos que lloran mucho, si no hay causa física, para el trauma del nacimiento, se pueden tomar o ponerlas en el agua del baño.
También para las madres después del parto.
Para niños o jóvenes que han sido adoptados, ellos pueden tener el trauma del rechazo de su primera familia, pueden tener rabia contenida o la pueden exteriorizar con sus padres en la adolescencia.
En pre operatorios o post operatorios por el trauma que supone y para facilitar la recuperación.
Para ayudar a regular la presión arterial junto con otras según cada caso.
Es aconsejable como prevención en el caso en que tengamos que afrontar una situación difícil o que nos recuerde algún trauma.
En aplicaciones locales, en crema, para el trauma físico, en dolores que nos bloquean la movilidad, da muy buenos resultados.
Para llagas en personas que están mucho tiempo en cama.
Así es a grandes rasgos la Estrella de Belén que se puede tomar sola o acompañada de otras flores según las características de cada persona y según, también, de sus necesidades, preparando un tratamiento personalizado y ajustado para obtener resultados efectivos.
Y sobretodo la tendremos en cuenta cuando se necesita vitalidad interna, claridad, fuerza interior y capacidad de adaptación, facilitando la recuperación en todos sentidos.
Carme Beltran Boix
Terapeuta floral