Las personas dicen que la palabra humana contiene un gran poder. Solamente con una palabra, es posible estimular una persona, causarle disgusto, acariciarla, o perjudicarla. Por otro lado, las personas tienden a no dar tanta importancia a las palabras porque, a final de cuentas, es “solamente una palabra” y no posee ninguna influencia visible (por lo menos, es lo que piensan...) excepto por poder afectar el humor de alguien con quien estamos conversando. La tendencia del hombre en abrazar el materialismo – cuando incluso personas que anhelan por crecimiento espiritual buscan más o menos inconcientemente por algun efecto tangible inmediato (tocar, ver, oír, etc.) – contribuye para el hecho de que las personas usan las palabras y los pensamientos inadvertidamente. Así, despreocupadas, lamentan, insultan, charlan en vacío, además de también tener malos pensamientos, lo que es todavía mucho peor...
Y todo eso porque no existen pruebas tangibles sobre la influencia de las palabras y pensamientos; o no había hasta recientemente, cuando el cientista Masaru Emoto realizó algunos experimentos con el agua. Emoto sabia que el agua posee una capacidad para absorber información bajo la forma de diferentes elementos los cuales el agua disuelve, entonces, Masaru Emoto quiso investigar si el agua también podría recibir información a partir de las palabras. Él ha escrito varias palabras como “amor”, “gracias”, pero también “tonto”, “demonio”, etc. en botellas con estas inscripciones, dejándolas intocadas durante toda la noche y al dia siguiente la congeló.
En seguida, Masaru Emoto observó sus cristales bajo el microscopio. Los resultados fueran sorprendentes: los cristales de agua en las botellas donde estaban escritas palabras positivas como “amor” o “gracias” han constituido bellas formas simétricas – casi artísticas, mientras los cristales con inscripciones negativas se han moldado caóticamente, bajo una forma fea y desagradable.
Entonces ésta es la prueba clara y “tangible” de que las palabras pueden significativamente afectar e influenciar de forma irrefutable. Pero, veamos un poco más allá. El agua es uno de los principales elementos en la construcción de la materia; es uno de los cuatro elementos de la naturaleza, pude ser encontrada en la naturaleza, en plantas, en animales, en objetos; incluso el cuerpo humano es compuesto de más de 70% de agua. Entonces, todo que decimos, incluso la más inocente palabra ante nuestros ojos, tiene una fuerte influencia sobre nosotros mismos, sobre las personas a nuestra vuelta y sobre todo el medio ambiente. Pero veamos aún más allá...
El mismo cientista Masaru Emoto ha observado en su microscopio cristales de agua retirados de la represa de una gran ciudad. No es difícil prever el resultado: el agua estaba impura y los cristales eran disformes y feos. La misma agua fue más tarde llevada hasta un monasterio, para que él pudiese hacer una oración y bendecirla. Los cristales de la misma agua entonces se convirtieron en una forma maravillosa...
Pero lo que influencia el agua no es la palabra en si, su sonido fonético, sino su significado y lo que el hombre vibra en ella, por lo tanto sus pensamientos, emociones, propósitos. También porque algunas palabras pueden tener un significado en un idioma que es completamente el opuesto en otro idioma (por ejemplo, en Checo el significado de la palabra “NE” es “NO”, y en Greco la misma palabra significa “SI”). Entonces podemos afirmar que ya los propios pensamientos y especialmente los sentimientos poseen un inmenso poder de efecto que pueden afectar destructivamente o cancerigenamente, pero también de forma creativa y sana no solamente en nuestros cuerpos, pero también en nuestro ambiente. Las personas se preguntan de donde vienen todas las enfermedades, las catástrofes naturales u otro tipo de catástrofe; pero nosotros mismos ya tenemos la respuesta: nosotros las estamos causando. Aunque no percibimos, a nosotros nos es dado un gran poder, pero también una gran responsabilidad, porque tenemos la posibilidad de influenciar la parte material de la creación a través de la fuerza de nuestro espíritu y así regirla.
La fuerza del espíritu humano está influenciando todo en su ambiente, no solamente el agua, donde tales efectos pueden ser demostrados. Cuando el hombre pueda percibirlo, será capaz de comprender el significado de las palabras: “perdona a tus enemigos” y no causará cualquier daño sobre algo. Al aceptar estos actos invisibles, seguramente será capaz de percibir en si mismo la influencia de la comida al dar gracias por ella a su Creador, así como muchas otras cosas que hasta ahora, por ignorancia, ha descuidado.
Entonces, cuando usted piense o hable algo en el futuro, tenga en cuenta de cuán poderosos son sus pensamientos y palabras y lo que usted está generando con ellos en aquel exacto minuto. El retorno del efecto de las palabras viene con la misma intensidad. Por lo tanto, atención con cuales influencias usted permite acercársele – incluso cuando encuentre otras personas o cuando prenda la televisión o la radio...
http://www.conocimiento-espiritual.es/articulos/la-palabra-humana.php