Eucalipto. Te ayuda a respirar mejor
Existen más de 700 especies de este árbol, originario de Australia y Tasmania, que está distribuido por todas las partes del mundo. Debido a su gran capacidad para absorber el agua, el eucalipto llegó a Europa a finales del siglo XIX con la finalidad de sanear las regiones pantanosas, ya que, al reducir la humedad de las mismas, se consigue disminuir la presencia de insectos tales como los mosquitos. Por esta misma razón, está presente en las zonas más húmedas de Asia y América con la intención de reducir el riesgo de enfermedades tales como el paludismo, enfermedad infecciosa que se transmite a través de la picadura del mosquito Anopheles.
Además de sus aplicaciones medicinales, suele emplearse para la reforestación y en las industrias maderera y papelera.
Principales propiedades del eucalipto
El uso del eucalipto como planta medicinal es relativamente reciente, ya que data del siglo XVIII. Principalmente, está recomendado para aquellas enfermedades que afectan a las vías respiratorias como son, entre otras, la gripe, el asma o los catarros.
Para las aplicaciones medicinales que posee este árbol, se utilizan, sobre todo, las hojas de la especie globulus, por poseer tres importantes propiedades: son antiinflamatorias, antimicrobianas y expectorantes.
En el caso de la primera, al reducir la inflamación, facilita la respiración.
Respecto a su capacidad antimicrobiana, con su uso se consigue eliminar aquellos microorganismos –principalmente microbios y bacterias– que son los causantes de procesos infecciosos en las vías respiratorias como son la bronquitis, la sinusitis, la traqueítis y los constipados.
Por último, sus propiedades expectorantes proceden de las hojas del eucalipto. Son muy olorosas y ricas en un aceite esencial cuyo principal componente es el eucaliptol. Dicho componente es un potente mucolítico que fluidifica las secreciones pulmonares y favorece la expulsión de las mismas. Al mismo tiempo, es antitusivo y un inhibidor de la irritación bronquial, por lo que se recomienda su aplicación en enfermedades tales como la bronquitis aguda y crónica.
Otra de las propiedades menos conocidas del eucalipto es la de ser hipoglucemiante, es decir, reduce los niveles de azúcar en sangre, por lo que, en ocasiones y bajo control médico, se utiliza como coadyuvante en el tratamiento antidiabético.
Otras propiedades del eucalipto
Debido a sus propiedades antisépticas, el aceite esencial de eucalipto también puede usarse de forma tópica (sobre la piel) para curar, por ejemplo, cortes, arañazos o heridas, ya que, además de desinfectar, favorece el proceso de cicatrizado de las mismas.
Otras aplicaciones del eucalipto serían:
Procesos inflamatorios de las encías y casos de gingivitis.
Espinillas y acné.
Aftas y llagas bucales.
Mal aliento.
Herpes.
El eucaliptol también posee propiedades antirreumáticas, por lo que puede aplicarse de forma externa para paliar casos de artrosis, artritis reumatoide y otros tipos de dolores musculares ya que masajear la zona contribuye a disminuir el dolor y a reducir el proceso inflamatorio.
Por último, el aceite y las hojas de eucalipto también están presentes en numerosos productos cosméticos y de la industria química tales como jabones, lociones, dentífricos o ambientadores.
Contraindicaciones y advertencias sobre el eucalipto
No hay suficientes estudios que determinen si la hoja de eucalipto tiene alguna contraindicación. Lo que sí son conocidos son los efectos adversos del aceite esencial de eucalipto.
Cómo aprovechar las virtudes del eucalipto
La cantidad adecuada de eucalipto a emplear, tanto en hoja como en aceite, dependerá de una serie de factores tales como la edad, el estado de salud de la persona y si ésta presenta alguna otra contraindicación.
En cualquier caso, recordemos que no es recomendable ingerir o aplicar dosis elevadas de eucalipto, ya que puede sufrirse el riesgo de intoxicación. Por ello, lo más indicado es seguir las instrucciones que vengan detalladas en el producto en cuestión o consultar a un especialista, médico o farmacéutico, para que sea él quien nos oriente sobre cómo tomar o aplicar esta planta.
Quizá, la forma más habitual de consumirlo –y a la que estamos más acostumbrados– sea mediante vahos. Para realizarlos, pondremos hojas de eucalipto, o bien unas gotas de aceite esencial, en agua hirviendo y aspiraremos los vapores cubriéndonos, por ejemplo, con una toalla.
En el caso de padecer enfermedades de las vías respiratorias, otra opción puede ser tomar infusiones de eucalipto por la noche durante varios días, realizar masajes con el aceite esencial en la zona del pecho o poner sobre dicha zona una cataplasma. Con todo ello mejorará notablemente nuestra capacidad respiratoria y nos sentiremos mucho más despejados.
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