Higiene sexual del hombre: Desde luego que los genitales representan el área más importante en materia sexual, hay que cuidar su higiene no solamente por salud sino más bien porque cualquier descuido puede provocar nefastas impresiones.
Curiosamente, de niños nos enseñan a lavarnos las manos, a cepillarnos los dientes, pero son pocos los padres que instruyen a sus hijos en el aseo genital, y si no nos lo enseñan los padres, ¿quién nos lo va a enseñar?
En el caso de los hombres la limpieza e higiene genital, incluye el uso del agua y el jabón, dándole énfasis en su aplicación a áreas como el prepucio, el glande y el frenillo.
Pene: Los hombres no circuncidados, es decir, aquellos que tienen el prepucio presente, si la limpieza no se realiza diariamente, tiende a acumularse una secreción blanca, llamada esmegma, la cual con los días adquiere mal olor y puede generar procesos infecciosos muy molestos.
Por eso el hombre no circuncidado debe deslizar hacia atrás el prepucio para exponer en su totalidad el glande y localizar el frenillo y así poderlos limpiar adecuadamente. El hombre que ya fue circuncidado, y por ende no tiene prepucio, le resulta más fácil lavar estas áreas, porque están expuestas, y son evidentemente visibles. Una vez concluida la limpieza del pene, continuar con el vello púbico, y la bolsa testicular o escroto, aplicando agua y jabón de manera abundante.
Ingle: Hay que darle la debida atención al área de la ingle, sobre todo al pliegue que se forma donde la pierna se une al tronco del cuerpo. En esta zona además de la aplicación del agua y el jabón es particularmente importante secarla de manera exhaustiva, ya sea con una toalla o usando las secadoras de pelo, con aire frío.
La importancia de dejar seco el pliegue inguinal, es que la humedad en esta zona tiende a propiciar la aparición de hongos, que son muy molestos aunque inofensivos, los cuales generan irritación y un fuerte escozor.
Ano: La región anal, también debe ser motivo de una limpieza diaria, aun cuando no se mantengan prácticas anales, hay que remover restos. No se deben utilizar desodorantes ni fragancias en el área genital porque pueden provocar fuertes irritaciones.
Higiene sexual de la mujer: Desde luego que los genitales son el área más importante a la hora de hablar de sexo, pero por razones culturales las mujeres no han sido educadas para su correcta higiene.
Vello púbico: La limpieza genital debe iniciarse con la aplicación de abundante cantidad de agua y jabón sobre el vello púbico, en el caso de mantenerlo, con el fin de remover cualquier resto de partículas como hilos de la ropa interior o de las prendas de cama, así como las secreciones normales de ese cabello. Además, este lavado permite eliminar algunas bacterias y hasta parásitos como el piojillo.
Labios mayores y menores: Posteriormente, se deja el jabón a un lado y sólo con agua se procede a lavar los labios mayores, separándolos. Es de particular importancia remover un cebo o secreción blancuzca que suele acumularse en un pliegue que se forma entre los labios mayores y los labios menores. Esta secreción cuando se acumula puede provocar infecciones, mal olor y da una imagen desagradable de los genitales.
La piel de los genitales femeninos es sumamente sensible, de manera que no se debe utilizar jabón, debido al riesgo de que se desarrolle una irritación química, la cual puede provocar ardor, dolor, picazón y enrojecimiento genital.
Vagina: La vagina, es decir el orificio vaginal y su conducto, no se debe lavar, porque el cuerpo cuenta con mecanismos de autolimpieza los cuales son suficientes para una adecuada higiene.
Ano: La región anal, sobre todo la piel que esta alrededor del ano tolera perfectamente el uso del agua y jabón de manera que se puede utilizar de manera generosa.
Algunas mujeres, usan papel higiénico en vez de toallas sanitarias, con frecuencia al retirarlo deja algunos pedazos pegados a la piel vaginal y anal, dando un mal aspecto.
Senos: Vale la pena referirse a la higiene de los senos, de los que erróneamente no se cree que ameriten un cuidado especial. La areola y el pezón de la mujer está cubierta por una fina capa de grasa que la protege de irritaciones, alergias y descamaciones, y la vuelven más resistente a la succión, por eso es recomendable que la mujer no se unte jabón en los pezones para que no remueva esta capa.
~Seguramente, si no ha llevado a cabo este tipo de higiene normalmente en su vida cotidiana, le resultarán algo exageradas estas recomendaciones, pero son fundamentales para cualquier persona, vaya o no a tener una relación sexual.
Buena suerte, y a bañarse juntos que es una experiencia refrescante y maravillosa!!!
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