Cuantas veces tenemos una “corazonada” acerca de lo que debemos hacer o tenemos un presentimiento de que algo va a pasar y nos dejamos llevar por ese sentimiento. Justamente de eso se trata el Sexto Sentido: un don inherente al ser humano, que se manifiesta casi de manera inesperada, y que muchas veces nos ayuda a enfrentar determinadas situaciones. Los ejercicios mentales nos permiten potenciar esta capacidad para ser más “intuitivos” en nuestra vida cotidiana.
El sexto sentido es la capacidad de intuir ciertas circunstancias. Es una sensación difícil de explicar porque no forma parte del proceso de información intelectual racional; sino que se presenta inesperadamente. A menudo nos proporciona una información adecuada y certera que da la posibilidad de reaccionar ante cosas que pasarían desapercibidas. Es por ello, que deberíamos tenerlo en cuenta para prevenir momentos desagradables.
Algunas personas tienen más afinado su Sexto Sentido debido a que en su memoria, además de datos, se encuentran vivencias de situaciones y formas de resolución de conflictos que surgieron en el pasado. En general, los individuos intuitivos que lo utilizan a su favor:
• Se dejan llevar más por los sentimientos que por la razón.
• Predicen sucesos.
• No están sujetos a las normas y aceptan otras variantes u alternativas ante la vida.
• Son idealistas e imaginativos. Pueden ponerse en el lugar del otro y ser capaces de ver un poco más allá que lo que sus ojos perciben.
CÓMO DESARROLLAR EL SEXTO SENTIDO
1) Tomar más conciencia. En estado de relajación, procuremos ser más conscientes de las impresiones que recibimos a través de los sentidos y de sus sensaciones internas. Grabar en voz alta las percepciones más sencillas puede ser un buen ejercicio (por ejemplo, “siento mi voz”, “huelo a café”, etc). Todo tiene significado. Nos permitirá ser más perceptivos.
2) Formular preguntas acerca de lo que miramos, olemos, sentimos, vivimos, y dejarnos contestar por la intuición. También se puede escribir varias preguntas en papeles diferentes. Elegir una al azar. Inmediatamente después, sin leerla, expresar en voz alta todo lo que sentimos al tenerla entre las manos y grabarlo. Luego analizar esas impresiones y buscar un significado. Por último, mirar el papel y descubrir la pregunta que intuitivamente ha contestado.
3) Interpretar mensajes. Buscar similitudes entre palabras o frases que utilices, así como las que usen personas cercanas, e intentar averiguar qué significan. Si tu Sexto Sentido se manifiesta, lo hará con imágenes o símbolos.
4) Evitar autoengaños. Autoconocerse permite identificar motivaciones y miedos. Tener ciertos hábitos ayuda a que esto se cumpla; por ejemplo, llevar un diario de estados anímicos o practicar técnicas que eduquen para concentrar la atención, como el yoga, el chi kung, la meditación, etcétera.
ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL SEXTO SENTIDO
Si bien compartimos experiencias perceptivas con todo el género humano, cada uno de nosotros tiene, al mismo tiempo, una manera peculiar y única de vivir dichas sensaciones y actuar en consecuencia.
Una integración total de lo captado por nuestros sentidos y la posterior integración de estas informaciones sensoriales nos permitirá lograr una visión global y objetiva de nosotros y de los demás.
Según estudios e investigaciones sobre el tema, la comunicación existente entre nuestro entorno y la interpretación que nuestro cerebro realice de las señales recibidas por los sentidos, nos permitirá entender sin razonar, y creer o dejarnos llevar sin el uso previo de la lógica.
Los prejuicios y el desconocimiento nos anulan. Transformarnos en seres abiertos nos acerca a la percepción de la verdadera realidad.
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