Los cristales de cuarzo son amplificadores y transformadores de energía. Su uso se remonta a las antiguas civilizaciones de Egipto y Oriente. Sin embargo no fue sino hasta el siglo XVI cuando se descubrió su propiedad piezoeléctrica, que consiste en que cuando se los comprime generan tensión en sus extremos, así como cuando se les aplica una tensión eléctrica se produce también una vibración. Esta característica hace que los cuarzos se utilicen como relojes osciladores en muchos aparatos electrónicos.
En contacto con nuestro cuerpo, los cuarzos nos ayudan a equilibrar el flujo de nuestras células. Éstas transmiten pulsos eléctricos entre ellas, que aumentan cuando nuestras emociones están alteradas, incrementándose la corriente de nuestro cuerpo y afectando a nuestro sistema nervioso. Es entonces cuando los cuarzos intervienen de forma positiva ayudando a las células a recuperar el flujo eléctrico, normalizándolo y permitiendo que se recobre el equilibrio.
Además de trabajar con los ritmos de nuestro cuerpo desde la parte eléctrica, también nos aportan sílice, uno de sus principales componentes. Al poner el cuarzo en contacto con nuestra piel, que es el órgano respiratorio mayor de nuestro cuerpo, la piel absorbe el sílice y lo transmite a nuestro organismo.
Durante una sintonización con cristales de cuarzo, se propicia la liberación emocional y el reequilibrio energético. Su uso continuado a lo largo de un tratamiento armoniza al organismo, permitiendo la transformación de estados emocionales.
Los cuarzos por sí solos son capaces de transmitir serenidad, aliviar dolores, promover la clarividencia, transformar la energía, liberar iones negativos y captar iones positivos, ayudar a activar la parte intuitiva del cerebro y conectar con la información de los sueños.
Es importante sentir al cuarzo y tenerlo en consideración porque sus propiedades principales son: absorber, amplificar, generar, equilibrar, transformar, memorizar y proyectar energía. Todos son capaces de efectuar las mismas funciones pero, dependiendo de la forma, el color y la posición en que los coloquemos obtendremos un resultado u otro.
Sintonizar con un cristal de cuarzo
- Encuentra un lugar apacible y tranquilo y ponte música relajante.
- Coloca un cristal de cuarzo transparente en tu mano izquierda.
- Túmbate en posición cómoda y permítete relajarte al máximo posible.
- Siente la textura y las propiedades del cuarzo que hay en tu mano. Puedes recorrer su forma, su color y dejarte llevar por las sensaciones que aparezcan. El cuarzo transparente proporciona fuerza, percepción, equilibrio y energía vital, y absorbe la apatía y la tristeza.
- Para sentir los efectos del cristal de cuarzo en tu organismo se necesitan al menos 9 minutos de contacto con ellos, siendo recomendable al menos un cuarto de hora.
- Durante la relajación puedes observar tus percepciones con más claridad y aprovechar el estado de calma para inducir pensamientos positivos en tu mente.
Si lo que aparece durante la meditación son estados o pensamientos perturbadores, quizás las causas que se desvelen sean más profundas. En este caso puedes pedir cita para profundizar en el origen y limpiar esta situación.
Por Belén Giner