Valora tu vida una vez al año.
Si descubres que no das el peso exacto
cambia de vida.
Seguramente descubriras que
la solución está en tus manos
R. Davies
El pasado tiene el poder de convertirse en un peso casi insostenible sobre nuestro espíritu, puede incluso marcar trágicamente nuestro presente y futuro…si se lo permitimos.
Nuestro pasado por más terrible que haya sido, no es más que eso, pasado. Es algo que no volverá, que ya sucedió y que quizás todo el dolor que nos causó ya haya perdido fuerza, pero de todas maneras caprichosamente nos aferramos a él, quizás por costumbre, quizás porque no sabemos cómo comportarnos de otra manera, quizás porque no sabemos quiénes somos si no contamos con ese dolor que nos acompaña como una sombra.
Deberíamos concentrarnos en los buenos recuerdos, sentirnos agradecidos por las lindas experiencias que hemos vivido. La gratitud ayuda a aumentar la cantidad de buenos recuerdos sobre el pasado. Podríamos intentar cambiar el foco, en lugar de iluminar y repetir en nuestra cabeza mil veces las cosas terribles que hemos experimentado, centremonos en todas aquellas cosas buenas que sí fuimos capaces de disfrutar.
Volver enfermizamente sobre el recuerdo de una mala situación, lejos de obtener algo positivo de esto, nos conducirá a sentirnos más amargados todavía. Ese pensamiento repetitivo tiene ser detenido de una vez por todas, es la única manera de que perdera su efecto nocivo en nuestro estado de ánimo.
No podemos olvidar lo que nos sucedió y probablemente existan muchas situaciones o personas que nos hicieron daño, personas que es difícil perdonar. Sin embargo, el perdón ocupa un papel clave para poder dejar ir los fantasmas. Debemos perdonar para libernarnos nosotros, para alejarnos de ese sentimiento que nos carcome por dentro y tiñe todos nuestros actos de amargura.
Nuestro pasado no tiene por qué determinar nuestro futuro, quitemosle toda la importancia que le hemos dado. La gratitud y el perdón son nuestras mejores herramientas para poder ver las situaciones adversas desde una perspectiva más madura que nos permita estar en control aquí y ahora. Concentrate en el presente y en todo lo que puedes hacer ahora y mira con ansias el futuro y todo lo bonito que tiene preparado para ti, si estás dispuesto a recibirlo y apreciarlo.
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