Ante las situaciones dolorosas solemos reaccionar de diversas maneras, evitándolas, autocompadeciéndonos, negándolas, enfrentandonos a ellas, aceptándolas. Pero ante aquello que se presenta como doloroso o problemático en nuestra vida también podemos utilizar otra modalidad, una que siempre termina siendo nociva para nosotros y es cuando nos mentimos a nosotros mismos. Cuando decimos entender un problema, cuando decimos que estamos haciendo todo lo posible para superarlo, cuando decimos buscar ayuda.
Y nuestros actos pueden terminar siendo una prueba fehaciente de que estamos haciendo todo lo humanamente posible para salir adelante, pero lo objetivo de nada sirve si por dentro lo único que estamos practicando es el auto sabotaje.
Por ejemplo, podemos decir que estamos buscando ayuda de un profesional y efectivamente estamos asistiendo, sin embargo, ningún profesional parece entender lo que nos está ocurriendo, nadie es lo suficientemente bueno para nosotros, comenzamos y dejamos de inmediato los tratamientos. Esto se convierte en un círculo vicioso y en realidad no es que nadie sepa nada acerca de cómo ayudarnos, sino simplemente que nosotros no estamos preparados para recibir esa ayuda. Caemos en la creencia de que somos lo suficientemente fuertes para hacerlo todo nosotros, que los demás no podrán comprendernos, que no los necesitamos. Y ahí estamos solos contra el mundo, volviendo a cometer los mismos patrones una y otra vez.
La peor mentira es cuando decimos que queremos salir adelante cuando en realidad no queremos, cuando siempre encontramos un “pero” a toda posible solución, cuando decimos poner esfuerzo y en verdad el único esfuerzo que estamos haciendo es aferrarnos a los mismos pensamientos y conductas que nos hacen daño. Es como si no quisiéramos salir, gritamos por ayuda pero cuando aparece la alejamos, buscamos herramientas pero no las utilizamos.
La verdadera sanación comienza cuando somos honestos con nosotros mismos, cuando sabemos qué es lo que queremos y es válido no querer cambiar más allá de que algo sea nocivo para nosotros, porque sino estamos preparados para el cambio no existe nada que nos pueda obligar a tomar las riendas en el asunto de la manera que corresponde.
Cuando te veas atrapado en una situación dolorosa, sea cual sea, pregúntate a ti mismo si realmente quieres cambiarla, si estás preparado para asumir el desafío y el esfuerzo que implica dejar de lado aquellas cosas que han estado contigo por demasiado tiempo, hasta el sentirse mal pasa a ser una compañía si lo escogemos. No culpes ni al universo ni a la mala suerte por cosas que están bajo tu control, el sentirnos bien, el sentirnos mal a pesar de todo lo que este sucediendo, con las herramientas adecuadas pasa a ser nuestra decisión y está en ti, sólo en ti, ir en busca de esos instrumentos y utilizarlos a tu favor.
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