Al igual que cuando miramos atentamente una luz intensa durante unos instantes la continuamos viendo allí donde vamos, así mismo pasa cuando focalizamos nuestra atención en un tipo concreto de realidad, que reproducimos dicha visión de ver y entender el mundo allí donde estamos. En otras palabras, lo que ves no es lo que hay, sino la percepción de aquello en lo que te has focalizado.
Este mismo efecto sucede en el mundo del ilusionismo, en el que el mago hace uso de la técnica de desviar nuestra atención para poder crear la magia que transgrede nuestros parámetros del funcionamiento lógico de las cosas. La magia, en este caso, es justamente el arte de convertirnos en ciegos frente a lo que sucede delante de nuestras propias narices, mediante el simple hecho de desviar nuestro foco de atención. Pero ello no comporta que lo que no veamos sea realmente lo que suceda, al igual que pasa en nuestras vidas.
Los neurocientíficos afirman que nuestra mente falsea lo que vemos, ya que el 99% de aquello que vemos lo hacemos desde la memoria –construcción de realidades a partir de referentes que conocemos-, frente tan solo al 1% que vemos a través de lo que perciben de manera directa nuestros sentidos (que tampoco están exentos de ser falseados). Por ello se cree que los indios de América no divisaron en el horizonte las naves españolas de Cristóbal Colón hasta que prácticamente atracaron en la orilla de la playa, ya que sus mentes, sin referentes alguno a ese objeto de “otro mundo”, tan sólo podían percibir visualmente el surco espumoso de las olas en el mar producido por el propio navegar de los barcos, y no los barcos en sí mismos.
Este mismo efecto sucede con nuestra visión de la realidad: que solo vemos aquello en lo que estamos focalizados. Así pues, si no nos gusta lo que vemos tenemos dos buenas noticias:
Lo que vemos no es todo lo que existe, e incluso puede ser mentira.
Si queremos cambiarlo, debemos modificar el enfoque de lo que vemos.
El primer paso para generar un cambio en nuestras vidas es, sin lugar a dudas, recuperar la capacidad de poder ver que existen más cosas y otras posibilidades en el mundo. Y, para poder conseguirlo, debemos desfocalizarnos de nuestra realidad. ¿Cómo?, pues nada mejor que cambiando de ambiente para desintoxicarnos de nuestra realidad. Si continúas mirando la intensidad de la luz del foco que deslumbra actualmente tu vida, continuarás viendo aún con los ojos cerrados esa luz que no deja cabida a que puedas ver nada más, aunque lo que veas no te guste. Así que, si quieres ver más allá de esa luz de tu realidad que te ciega, debes salir de su campo de enfoque.
Dicho esto, si quieres cambiar tu vida, si deseas reinventarte e incluso innovar, ya sea a nivel personal, profesional o social, el primer paso que debes dar es cambiar de ambiente, pues sólo así la mente vuelve a abrirse a la posibilidad de reenfocarse en nuevos horizontes sembrados de nuevas y motivadoras oportunidades.
Así que ya sabes, si deseas un cambio en tu vida, no te quedes donde estás y date la oportunidad de descubrir ese otro mundo que hasta ahora no eras capaz de ver. Sólo si puedes verlo, podrás disfrutarlo.
http://www.inspirulina.com/si-quieres-ver-desfocalizate-de-tu-realidad.html