Por lo general atribuímos a la buena o mala suerte los acontecimientos positivos o negativas que nos suceden cotidianamente. Es notorio que algunas personas tienen una especial habilidad para lograr que todo, lo que hacen o emprenden, les sale excelentemente bien y ni sufren ni batallan para tener dinero, posición, poder y hasta amor. De estas personas se dice que tienen “buena estrella”.
También es notorio que otras personas, todo lo que desean lograr se les dificulta o se les esfuma de las manos a unos centímetros de lograrlo y siempre enfrentan dificultades para obtener lo que pretenden…..son el tipo de personas de las que se dice que nacieron “estrellados”.
Si usted conoce a alguien así, sabrá de lo que hablamos. Un ejemplo mitológico de esto, es el rey Midas que tenía la rara capacidad de convertir en oro todo aquello que tocaba, y lo que algunos consideraban “buena suerte”, para el mismo rey se convertía en una pesadilla, porque ni siquiera podía tomar su alimentos con las manos por temor a que quedaran convertidos en objetos de oro.
Cuenta la leyenda que siendo aconsejado el Rey de bañarse en cierto río para romper el maleficio, al entrar a las aguas del río, las arenas que arrastraba se convirtieron en arenas de oro, lo que confirma el dicho de que el oro siempre atrae al oro. O lo que es lo mismo en tiempos modernos, “dinero llama dinero”.
Aparte de mitos o leyendas, una cosa es cierta lo que llamamos buena o mala suerte puede identificarse con “buenas” o “malas” vibraciones o intenciones de la persona, es decir, las personas con malas intenciones o bajo nivel de vibración en sus aspiraciones, atraerán lo igual. Si desean el bien, eso tendrán; pero si desean mal, de la misma manera recibirán algo negativo. Igual que si se tratara de imanes, el oro atrae al oro y el hierro atrae al hierro.
La suerte atrae la suerte de todas maneras. Inclusive, las amistades con suerte, transmitirán parte de su energía si somos receptivos. Sin embargo, no te juntes mucho con personas con mala suerte. Puedes ayudar a las personas con mala suerte, pero no te unas mucho a ellas.
Las personas que no tienen buena vibración atraen la mala vibración. Es como un imán que siempre atrae el hierro, la buena vibración atraerá las buenas cosas.
Por supuesto, no se trata de aislarlas ni despreciarlas, sino de escoger mejor a los amigos. En la vida debes procurar todo lo que sume y evitar lo que resta. Ya de por si los problemas vienen gratuitamente, para que comprarnos más innecesariamente.
Amor y suerte, negocios y suerte, salud y suerte. El amor, los negocios y la salud, sin suerte, no prosperarán. Atraer la buena suerte es lo que debes procurar.
Se sabe que en las culturas humanas de todos los tiempos, la creencia en la buena o mala suerte está tan arraigada, que funciona como uno de los grandes placebos, pero funciona con base en el poder mental. El poder de la imaginación (capacidad del cerebro para formar imágenes) tiene tal fuerza que es capaz de materializar aquello que imaginamos y deseamos, sin distinguir si es bueno o malo, solo importa que lo hayamos deseado o pensado.
La buena o mala suerte es pues tan real como lo son nuestros pensamientos, el poder de nuestra mente permite que se active esa fuerza de la que estamos dotados y que nos permite “crear” a partir de tan sólo una imagen, un deseo, un temor o una mala intención.
Dentro de las prácticas más utilizadas para “pedir”, salud, amor o bienes materiales, están la oración y la meditación que aunque no se les reconozca así, son la utilización consciente del poder mental y el uso inconsciente de la fuerza de los elementos como el fuego, tierra, agua y aire para potenciar esa fuerza.
Cada uno de nosotros podemos atraer la buena suerte, sólo es cuestión de hacerlo de forma consciente y saber perfectamente qué es lo que queremos. No debemos permitirnos ni por un momento malos pensamientos, dar cabida a los malos “presentimientos”, o contemplar ni siquiera por equivocación una situación desastrosa o inconveniente para nuestros intereses. Siempre piensa que lo que intentas se resolverá con éxito y hasta mucho mejor de lo que te has imaginado.
Visualiza dinero, bienes, bienestar, buenas personas a tu alrededor, etcétera. Nunca pienses en “negativo”, solo concéntrate en lo bueno que puede llegar a tu vida y a la de tu familia.
La buena suerte la formamos con nuestro pensamiento. Las personas que no piensan mal de los demás, que siempre tienen una buena opinión del resto de la gente, que disculpan los errores de los demás y piensan con cariño y buena voluntad de la gente que les rodea, tienen muy buena suerte. Esto está demostrado. Si a esto le queremos llamar “secreto”, aquí lo hemos compartido con usted.
Revista Mundo Natural
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