La inteligencia emocional es aquella que nos hace ser más capaces tanto en el terreno social como personal. Para beneficiarnos de ella necesitaremos mejorar nuestros sentimientos para utilizarlos como un manual de acciones y de pensamientos. Sigue estos consejos y adquirirás más soltura para poder lidiar con tus sentimientos.
Cultiva la amistad
Compartir, hablar, escuchar, sentirte útil cuando los demás te necesitan y tener claro que también ellos estarán ahí cuando necesites compartir tanto tus alegrías como tu dolor o frustración, te será muy útil. Son muchos los estudios que coinciden en que las personas que guardan un pequeño espacio para la amistad disfrutan y viven una vida mucho más saludable.
Confiar en nuestra fuerza interior
Nuestros actos hablan de cómo somos y reflejan nuestras creencias y pensamientos. Si queremos que nuestra vida esté llena de acciones buenas, debemos cultivar la fe en nuestra capacidad de superación, en la generosidad y en los pensamientos positivos. La capacidad para confiar nos llenará de una gran fuerza interior y nos ayudará a poder transmitirla a los que nos rodean.
Vivir positivamente
En vez de pensar demasiado debemos actuar. Vivir con dinamismo, eligiendo, opinando y felicitándonos por nuestras capacidades a la vez que aceptamos nuestras limitaciones y afrontando nuevos retos y riesgos con cierta sensatez, no hará mantener una comunicación mucho más abierta, sincera y positiva tanto con nosotros mismos como con las personas que se encuentran junto a nosotros.
Valorar lo que tenemos
Podemos hacer una lista con todas las cosas agradables y valiosas que tenemos en nuestra vida: la gente a la que queremos, salud, comida en nuestra mesa, una casa donde poder vivir, nuestras aficiones, nuestro trabajo. Apreciar cada una de estas cosas que tenemos ahora mismo como si mañana pudieran desaparecer y agradecer todo ello teniendo presente que se pueden perder en cualquier momento, nos hará disfrutar mucho más de ellas.
Mirar la vida con realismo
Hay que aprender a ver las cosas como realmente son y no como nos gustaría que fueran. En ocasiones vamos arrastrando autoengaños para protegernos, pero en realidad es mucho más positivo aceptar la realidad tal y como es tanto para nuestra salud emocional como mental. El autoengaño no nos servirá nada más que para frustrarnos.
Hablar en positivo
Es importante no utilizar palabras como “podría” o “no sé si podré hacerlo”. En su lugar debemos utilizar “puedo” o “voy a mirar si puedo”. Estos sencillos y simples cambios a la hora de hablar nos darán más poder sobre nosotros mismos. Además, cuando hablamos en positivo nos hará parecer ante los demás más fuertes seguros y atractivos y todo eso de contagia y se transmite.
Escuchar a nuestro corazón
Nuestro organismo nos manda señales de alarma de tipo emocional cuando algo no está encajando como debiera. Debemos aprender a prestarle atención y de esta manera nos ayudará a tomar decisiones que no vayan en ningún caso contra nosotros mismos. Es importante tener muy en cuenta nuestra voz interior.
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