Juegos preliminares

Los juegos preliminares no deben ser considerados exclusivamente como una preparación para hacer el amor, sino como una fase incluida dentro del acto sexual. La etapa de los juegos precoitales puede ir acompañada de maniobras de seducción que pueden agregar ciertas dosis de morbo y erotismo que resultan excelentes para la libido. Los juegos preliminares deben vivirse con plenitud, sin prisas y prestando la mayor atención posible a todos los detalles y sensaciones poniendo en juego la conciencia del momento. Mientras que el hombre ha de prestar un cuidado especial a su ritmo respiratorio y excitación, para evitar una eyaculación prematura, la mujer debe desinhibirse, y dejar fluir su libido lenta pero ininterrumpidamente hacia un torrente de pasión que desemboca más fácilmente en un orgasmo satisfactorio.

A casi toda mujer le encanta escuchar que es deseada, y son los juegos previos uno de los momentos ideales para que el varón exprese verbal y no verbalmente, la pasión que siente por ella, al verla e irse destapando sus encantos. Los roces en las zonas erógenas de ambos a través de la ropa generan impulsos de libido y goce de los sentidos que dirigen el apetito sexual hacia un contacto más directo e intenso, que hace necesario tomar precauciones para evitar embarazos no deseados.

Juegos preliminares | Técnicas e ideas

Desvestirse mutuamente puede elevar aún más el volumen del magnetismo, sobre todo si se acompaña de alguna fantasía erótica y se da rienda suelta a la imaginación. Una luz de penumbra que permita discernir los cuerpos desnudos o semidesnudos de los amantes favorece en grado sumo el buen curso del acto sexual. También ayuda que la alcoba incluya un espejo, donde ambos amantes podrán disfrutar de la excitante y erótica visión de sus cuerpos al hacer el amor, y dar aún más rienda suelta al fantaseo.

Es mejor no poner límites a los juegos preliminares, e ir innovándolos con el tiempo. Sorprender a la pareja es más fácil en esta primera fase de hacer el amor, pues se presta más atención a los detalles y sensaciones, que en otras etapas más avanzadas donde el mundo se disuelve y todo se convierte en placer y gozo irrefrenable. Puede hacerse tan excitante el juego previo, que puede llevar a la mujer al orgasmo, o tan cerca del clímax, que ella ansíe una penetración inminente. Si él es un hombre que ha trabajado su energía sexual, también puede disfrutar de micro-orgasmos en esta etapa, que no se acompañan de eyaculación. Este último es un arte que sólo puede aprenderse si se solicita ayuda sexual, o bien se siguen los senderos de sexologías alternativas como el Tantra o el Tao sexual.

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