Por: Dr. Ezequiel López Peralta
“El órgano sexual más importante es la mente”, dice una conocida frase de la Sexología moderna. Y basta ponernos a pensar un momento como para comprender que es totalmente cierto. Si logras poner en clave erótica tu mente, las sensaciones físicas se tornan mucho más excitantes potenciando además tu respuesta sexual. Algunas personas tienen semejante capacidad mental, que hasta consiguen tener orgasmos sin el más mínimo roce con sus genitales. Y también ocurre lo contrario: cuando los pensamientos que transitan por tu cabeza son preocupaciones, miedos, problemas, te será complicado disfrutar de un encuentro íntimo por más que estés con la persona que tanto te gusta.
Pero vamos al plano de la pareja. Una queja frecuente de las mujeres, aunque también de un menor número de hombres, es que todo comienza en el juego físico, sin que antes haya una provocación de fantasías. Parece difícil de creer, pero a pesar de vivir en una época de libertad sexual, con la posibilidad de disfrutar de alternativas eróticas muy excitantes, poco tiempo nos queda (o nos hacemos) para una vida sexual más “adornada”.
¿Qué alternativas tenemos para que el encuentro erótico comience mucho antes de la cama? Veamos algunas ideas que te propongo.
• Envía a tu pareja un mensaje de texto o de chat que sea provocativo e insinuante.
• Otra opción es tomarte una foto sexy, y hacérsela llegar por el teléfono o un correo electrónico. Te sugiero que sea parcial, es decir de alguna parte de tu cuerpo sin mostrar el rostro, por un tema de privacidad –nunca se puede saber quién va a acceder al teléfono o al computador-.
• Colócale una nota en su bolsillo o cartera, incluso con algún pequeño regalo como un chocolate. Allí le prometes cumplir con una fantasía en la noche. Me parece que lo de las notas de puño y letra conserva un aspecto “artesanal” y romántico que estamos perdiendo, así que es bien interesante.
• Llega de sorpresa a su trabajo o algún lugar en donde sepas que va a estar tu pareja. Bésale apasionadamente, le dices algo al oído y luego te retiras.
• Aunque a veces la rutina de la pareja no es sencilla, trata de hacer lo posible para que al menos una vez en la semana tengan su encuentro fuera de casa. Una cena, unas copas en un bar, salir a bailar, ir a caminar por algún lindo sitio…
• Aprovecha en esos encuentros los diferentes recursos de seducción que quizás dejaste de utilizar: las miradas pícaras, los roces debajo de la mesa, las palabras susurrantes, las caricias íntimas en lugares “prohibidos”, los besos cortos pero apasionados, hacer la travesura de mostrar levemente tu ropa interior o el juguete que compraste para utilizar más tarde.
• Comienza con la “previa” en algún sitio alejado de la cama o de tu misma casa: el carro, el ascensor, la escalera, o lo que te parezca mejor sin exponerte a problemas con alguien que pueda verte. Recuerda, solo se tratará de besos, caricias, roces, frotación de los cuerpos…