1. El miedo a la rutina es uno de los que de verdad paraliza a las personas deseosas de novedades. Lo cierto es que este miedo en realidad debe de ser un estímulo para luchar mucho más y romper la sensación de monotonía.
El espíritu de los primeros meses de noviazgo muere en la convivencia, pero es posible rescatarlo con fuerza de voluntad y cariño.
2. Uno de los miedos más importantes es el temor a la soledad. Lo cierto es que por pura salud emocional, cuando una relación no funciona y el amor, de verdad, ha llegado a su fin, lo más honesto es cambiar de vida y empezar desde cero. La soledad es sana.
3. El miedo a enamorarte de otra persona también es posible de vivir estando en pareja. De hecho, el vértigo que se siente al dar el sí quiero a una persona es muy potente porque el para siempre, puede convertirse en un gran peso.
4. El miedo a vivir en una cárcel del amor, es decir, el desamor, también es muy real.
5. Para empezar, existe el miedo de dejar de gustar a la pareja, de no ser suficiente para él/ella. Para gustar a otra persona tienes que gustarte a ti mismo.
Jaume Guinot