Los celos también son una manera de control que se pone en marcha ante el miedo a perder una figura de apego que brinda seguridad psicológica o emocional, de dependencia y a la que le damos un sentido de que nos pertenece.
"El que es celoso, no es nunca celoso por lo que ve; con lo que se imagina basta"... Jacinto Benavente.
Otelo, general del ejército de la república de Venecia, y Desdémona, hija del senador Brabancio, se enamoran y se casan en secreto. Yago, uno de los alféreces del moro, movido por el odio que siente hacia él, trata de provocar los celos de Otelo haciéndole creer que su esposa le es infiel con Casio, su más leal teniente. Víctima de sus terribles celos, Otelo acaba dando muerte a Desdémona y después, al descubrir que todo ha sido un engaño del malvado Yago, se suicida.
Los celos son una alarma de cuidado que no discrimina sexo, edad, ni nacionalidad.
El deseo de posesión del otro o la necesidad de acaparar toda su atención y no conseguirlo, produce un sentimiento que conocemos como celos. Los celos son tan antiguos como el ser humano y han sembrado nuestra historia de hechos muchas veces dolorosos. Se dan tanto en hombre como en mujeres. La inseguridad en uno mismo, el afán de posesión y la desconfianza pueden ocasionar grandes tragedias.
Pueden surgir cuando un individuo crece con una auto imagen débil, no se considera merecedor de amor, y verá un rival en cualquier tercero que se acerque a su relación. El celoso, en el fondo, se considera malo, inapropiado, feo, torpe o inútil. De ahí el miedo a ser cambiado por otra persona. En resumen, los celosos son tan inseguros que creen que cualquiera es mejor que ellos.
Los celos también son una manera de control que se pone en marcha ante el miedo a perder una figura de apego que brinda seguridad psicológica o emocional, de dependencia y a la que le damos un sentido de que nos pertenece.
Pero no todos los celos son inofensivos, según datos estadísticos, en el mundo diariamente hay casos de agresión por celos, y por celos se cometen atroces crímenes y asesinatos que no dejan de incrementarse. Son causantes de violencia.
Más que amar al otro, el celoso quiere poseerlo, considerando que el deseo de poseer puede ser ejercido de muchas y diferentes formas. De acuerdo con las creencias de cada uno, la práctica y la expresión del celo ocurrirán de distintas maneras. El celoso intentará garantizar que no lo es, dando otros nombres a lo que está sintiendo, tales como cuidado, respeto, educación, atención, amor o preocupación por su pareja.
Celos Patológicos (Celotipia):
Los celos son patológicos cuando el sentimiento de infidelidad y abandono adquiere certeza interna, cuando uno se lo cree como verdad revelada y sabe que algo pasó. No es una corazonada, es una fuerza interna enfermiza que grita desde la desconfianza y busca desesperadamente razones que comprueben el engaño.
En la celotipia ya no hay fuerza interior que detenga las oleadas de dolor y rabia que surgen desde las viejas cicatrices del amor. La persona es poseída por un personaje de ojos vidriosos, con sudoración y respiración agitada, que interroga y repasa los movimientos de la pareja, como un torturador profesional, hasta lograr confesiones falsas por agotamiento o miedo. El celoso patológico es obcecado. Está enfermo, pues lo que hace no está justificado. Se convierte en un verdadero verdugo para la víctima de sus celos.
La celotipia es difícil de detectar por los comportamientos inestables que tienen los celosos. Son detallistas, solidarios y sobre todo; dependientes, esto hace que muchas mujeres los sufran pero que no estén dispuestas a dejarlos. Los celosos son muy inteligentes y saben identificar la tolerancia de su pareja.
A cambio de amor, lo que vincula a los celosos es el control exagerado, expresado a través del miedo, la angustia y la rabia. La persona, víctima de un celoso, queda convertida en un objeto indispensable para su vida, en una posesión, una extensión de su propio mundo y hasta en un órgano vital.
Los celos en extremos siempre constituyen una emoción desagradable, desgastante y devastadora para el que los padece. Se incorporan sentimientos de tristeza y ansiedad. Pueden implicar algún tipo de violencia que está asociada a pensamientos intrusivos persistentes y a veces obsesivos de infidelidad, engaño y traición por parte de la persona amada. Es una manera muy efectiva de hacerse daño con la persona que uno ama y también es una clara señal de alarma de que la pareja está enferma y necesita ayuda.
Por todo esto, el celoso enfermo siente y piensa que hay una amenaza constante a cada momento. Este temor de perder a su pareja provoca pensamientos que pueden desencadenar emociones negativas y particularmente obsesivas, que llevan a indignaciones tales como:
Espiar a la pareja
Esculcar sus pertenencias
Reciclar la basura
Hackear los correos electrónicos
Revisar los celulares a hurtadillas
Persecución de la víctima
Agredirla
Prohibirle cosas o actitudes
Reclamar su forma de vestir o sus amistades
Criticar sus horarios
Los celos patológicos no se basan en hechos reales, si no en la forma como el celoso interpreta tales hechos. El celoso parece estar constantemente en alerta, listo para obtener, al fin, la prueba de que sus sospechas estaban ciertas.
El celoso está siempre buscando algo que lo avale, que le dé la sensación, aunque sea la más temida y dolorosa, de que realmente estaba en lo cierto. Suele pasar el tiempo protestando, peleando, discutiendo y "muriéndose" por dentro por causa de sus fantasías alucinantes y de sus pensamientos devoradores, muchas veces, infundados.
MUJER. Si padeces a un celoso:
Pregúntate cuál es el concepto de pareja que deseas, qué tanto es amor, dependencia o sumisión lo que padeces.
Recuerda que el amor no justifica este tipo patología, lo que necesita tu pareja es ayuda profesional, no un codependiente que le valide la enfermedad.
Hazle saber sus límites y exige cambios. No te conformes con falsas promesas de cambio.
Si te valoras, no negocies con el respeto por tu vida ni con el de tu dignidad ni el de tu individualidad.
No olvides que la confianza y el respeto son elementos esenciales en una relación.
Los celos no deben ser enfermizos No desperdicies tu energía justificando y perdonando a un celoso.
¡¡ALÉJATE DE ÉL CUANTO ANTES, podría ser peligroso!!
http://www.revistasoymujer.eu/w/index.php/articulos/salud-emocional/1094-celos-senales-de-inseguridad.html