La base de esta ley, es que todo lo que pensamos o sentimos en este preciso momento es lo que estamos atrayendo a nuestras vidas. Si pensamos o sentimos diferente a lo que deseamos, estaremos atrayendo a nuestra vida cosas totalmente opuestas a nuestro deseo. Por ejemplo, si nuestro deseo es tener una casa propia, pero todo el tiempo
estamos diciendo que será difícil conseguirla o que será imposible comprarla, es muy probable que nunca lleguemos a tener nuestra casa soñada. No es suficiente con desear, sino que tendremos que alinear nuestro pensamiento con nuestro deseo. Esto se llama vibrar y se produce cuando nuestro pensamiento y nuestro deseo están en sintonía haciendo que este último se presente en nuestra vida. Parece difícil y en principio lo es, pero debemos modificar nuestros pensamientos para que podamos conseguir que la ley de atracción trabaje para nosotros.
Debemos ser conscientes de que nuestros pensamientos influyen de tal manera en nuestra vida, que son capaces de hacernos conseguir todo lo que queramos o conseguir todo lo contrario. Nuestros pensamientos son la base de la ley de atracción. Atraeremos todo aquello que estemos pensando ahora, sea bueno o malo. Según esta ley, todo lo que pensamos es oído por el universo (el universo es lo que simboliza a cada dios religioso, al poder supremo), quien enviará exactamente eso a nuestra vida. Si logramos alinear nuestros pensamientos con nuestros deseos conseguiremos lo que se denomina “creación deliberada”, es decir, cada cosa que deseamos.
Para lograr atraer solo cosas buenas a nuestra vida, debemos conocer la forma correcta de pedir al universo (o Dios de nuestra creencia) y de alinear nuestras vibraciones, para que tarde o temprano todo lo bueno llegue a nosotros. Pedir, es solo una manera de expresarlo, pero nada tiene que ver con la forma que estamos acostumbrados a hacerlo. Pedir en el lenguaje de la ley de atracción, significa hacer que todo lo bueno llegue a nuestra vida. Pero antes de aprender a hacer que todo lo bueno se manifieste, debemos tener en cuenta que jamás tendremos que pensar en como llegarán
estas cosas buenas a nuestra vida. Es decir, siguiendo con el ejemplo de la casa nueva, debemos sentir que ya es nuestra y no preocuparnos por la forma en que la conseguiremos, porque esto, desorientará al universo y es probable que nunca se concrete nuestro sueño.
Podemos pedir de diferentes maneras, por medio de afirmaciones o por medio de la visualización, por ejemplo.
Las afirmaciones son frases formuladas en forma positiva que nos ayudarán a concretar nuestro deseo.
Cuando imaginamos algo en nuestra mente, consciente o inconscientemente, estamos visualizando.
Tanto las visualizaciones como las afirmaciones, deberán realizarse en tiempo presente, es decir, como si estuviésemos disfrutando de nuestro deseo en este preciso momento. Un ejemplo de afirmación positiva en tiempo presente sería: “Tengo mi casa nueva y disfruto de ella”. Un ejemplo de visualización en tiempo presente, es imaginarnos disfrutando de nuestra casa nueva, de sus colores, de su olor, de su forma Y sentirnos agradecidos, al sentirte agradecido o agradecida estas llamando la fe.
Otro factor a tener en cuenta, cuando ya logramos alinear nuestros pensamientos con nuestros deseos, es estar abiertos a recibir nuestro deseo. Muchas veces, se producen cambios en nuestra vida que creemos desfavorables. Pero cuando las cosas comienzan a moverse, es señal de que nuestro deseo está a punto de cumplirse. Debemos estar abiertos a los cambios y a recibir lo que está a punto de manifestarse en nuestra vida.
Concluyendo, la forma correcta de pedir es:
Formular oraciones o visualizar nuestro deseo en tiempo presente.
Abrirnos a recibir nuestro deseo.
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