Los saludos

Los saludos

Son mensajes breves de alta significación social, sentimientos claros y positivos con los que expresamos la alegría de un encuentro o lo mejor de nuestros deseos hacia los otros: Bienvenido, Welcome, Bienvenu, Shalom, Wilkommen, Benvenuto, Hola, Buen viaje, Hasta mañana, Hasta luego (es decir, quiero volver a verte y que Dios también lo quiera así), Buena suerte.

La mano extendida, abierta, franca, dice con transparencia que no esconde ningún puñal, espada u otra arma agresiva. Si el contacto es lánguido, con entrega parcial de los dedos, desabrido, señala distancia: "Mano fría, amor de un día", "mano caliente, amor para siempre". Hay besos de circunstancia, caníbales, puntuales, veloces, demorados, acelerados, besos uni- o bi-laterales.

Cuando la reina de Inglaterra trató de hacer las paces con el corsario Morgan, excedido en transgresiones y violencias de todo tipo, decidió visitar el barco del temido pirata y negociador. Morgan y su tripulación esperaban el ingreso de la reina a cubierta, con la conciencia culposa, y a la vez confiada, de los que roban para la corona. Al pisar la reina el barco, Morgan, en señal de arrepentimiento y cordialidad, llevó su mano a la frente como tapándose el rostro. La tripulación lo imitó en signo de lealtad, y desde entonces quedó incorporada la "venia" como saludo a la autoridad.

Los bebés rápidamente aprenden a saludar con una sonrisa a los rostros simpáticos. Es un acto reflejo de "sentir con otro". Los perros nos saludan con un desborde afectivo que no solemos encontrar entre conocidos, y así muchos animales reconocen con graznidos, maullidos y resoplidos de todo tipo la aparición de sus queridos amos, con una euforia desconocida entre humanos.

Se saluda levantando el sombrero, inclinando el talle, guiñando un ojo, besando la mano, enviando una tarjeta, una flor o un regalo. Un saludo cambia el color del día y también la temperatura del informe meteorológico.

Los saludos gustan, se contestan y unen en la distancia y en la cercanía. Aprendamos de Morgan o del perro, del loro o del bebé, a saludar con afecto y respeto. "El huésped es Dios", dicen las Escrituras.


Fuente: www.superacion-personal.net