por Adriana Weder
Todos, desde las piedras pasando por las plantas, animales hasta el ser humano tienen un único y especial lugar dentro de la Jerarquía Cósmica.
Así como ya conocemos que ciertas plantas y piedras pueden ayudarnos a curarnos, los animales también pueden hacerlo a su manera.
Sabemos que las plantas o piedras tienen ciertas "energías" o vibraciones que afectan al organismo humano de una determinada manera.
Así surgieron las "Flores de Bach" como remedios curativos. Análogamente, se puede experimentar relaciones similares con diferentes animales.
Cada especie animal tiene un área particular, diferente según la especie, que ha desarrollado hasta el punto de la perfección y equilibrio. También, hay determinados grupos de animales, que de manera análoga, simboliza y refleja a la vez las partes más oscuras o menos desarrolladas del ser humano.
Para entender esto es necesario imaginarse a los animales dentro de una gigantesca pirámide cósmica.
En la parte inferior o base de la pirámide, encontramos los animales "oscuros" o más densos, que son necesarios porque nos reflejan los aspectos más oscuros o imperfectos de la conciencia. Por ejemplo, aquí encontramos las especies asesinas más violentas y voraces tales como los cocodrilos y los tiburones.
Otros animales simbolizan tanto las frecuencias densas como las frecuencias más elevadas representando así la lucha entre el ego y el espíritu (personalidad vs. Ser). Aquí nos encontramos con la serpiente y la araña.
Dentro de muchas culturas, se ha observado que el hombre ha adoptado la costumbre de tener animales domésticos sin saber que éstos pueden ayudarnos en nuestra evolución, con sus conocimientos y poderes cósmicos, y nosotros a cambio, podemos ayudarlos a ellos para su individualización, siendo esta una condición para lograr niveles de desarrollo o evolución más altos para todos los seres.
Acá juegan un papel muy importante el perro y el gato, así como también el caballo.
El perro tiene un plexo solar perfectamente desarrollado que se manifiesta a través de las virtudes conocidas del perro, tales como la devoción, la lealtad y su habilidad para ser siempre ellos mismos en forma inalterable, independientemente del estado de ánimo de los seres humanos que los rodean.
También nos demuestra qué positiva que es una relación de interdependencia cuando forma parte de un pacto superior y no está sujeto a las demandas del ego y de la personalidad.
La presencia de un perro no sólo demuestra lo dicho anteriormente, sino que además ayuda activamente al desarrollo de los plexos solares de los humanos, de tal forma que un ser humano que está en contacto con un perro, se va a volver cada vez más tolerante e indulgente, y mejor aún, más agradecido.
En forma paralela, el perro se beneficia de su asociación con los seres humanos porque pronto podrá subir al escalón evolutivo que sigue y pasar a la cadena de evolución del Hombre.
El gato tiene una energía que es complementaria de la del perro. Esto quizás explicaría la polaridad existente entre las personas que aman los gatos respecto de las que aman los perros. El chakra que tiene más desarrollado es el segundo o esplénico. Por lo tanto, el gato puede ayudar al ser humano a desarrollar su segundo chakra al máximo.
El gato le demuestra al ser humano, que con un chakra esplénico debidamente desarrollado se logra el perfecto equilibrio entre cuerpo y alma.
No es codicioso, descansa en un perfecto equilibrio cósmico de su cuerpo y sus habilidades. Por ello vive el momento en el que se encuentra y logra vivir con suma libertad.
El gato puede demostrar que el amor y la devoción también pueden prosperar dentro de un clima de libertad. Promueve la libertad interior del ser humano. Los gatos también pueden meditar, de hecho cuando ronronean, están practicando una forma de meditación. Tener un gato ronroneando en la falda, es sumamente beneficioso y curativo para el ser humano, debido a que el gato, en esos momentos, se pone en un estado de paz cósmica interior.
El caballo, por su parte, pasó por un proceso más complejo de desarrollo que el perro y el gato.
Ha logrado un perfecto equilibrio entre sus chakras básicos, esplénico y cardíaco.
Esto significa que el caballo le puede enseñar al ser humano control y fuerza física, devoción y amor en una perfecta combinación y equilibrio.
Se ha descubierto, que seres humanos con discapacidades físicas serias, se han beneficiado enormemente con el contacto intenso con caballos, pues recuperaban algo del control de su cuerpo, porque al montar un caballo, se genera un contacto entre los sistemas nerviosos tanto del jinete como del animal, provocando que parte del control físico inherente al caballo, se transmita al jinete.
En definitiva, todos los animales tienen un efecto positivo sobre el hombre, pero el animal que se lleva las palmas en forma universal es el delfin, ya que es el que más puede ayudar al hombre en su evolución espiritual.