Dicen que las casualidades no existen, que todo tiene un por qué. Y que cualquier detalle, por insignificante que sea, puede ser una oportunidad, una enseñanza...
Ordenando los libros de mi hijo (catorce años) encontré uno que me llamó la atención porque no recordaba haberlo visto antes entre sus cosas. Un libro de poca extensión, como un cuaderno, titulado "La Buena Suerte".
Cuando le pregunté, me contestó sin darle la más mínima importancia,
"me lo ha prestado mi profe de lengua, para que lo lea en las vacaciones".
Mi instinto (y su gesto de indiferencia) me decía que, probablemente, si lo llega a leer, lo hará justo unos días antes de comenzar el curso en septiembre. Y no es que no le guste leer, o no tenga libros a su alrededor, no. Es que ahora hay "otras" cosas más interesantes, según él (¡ay! la psp y sus secuelas!!!)
Sea como sea, mi hijo "pasó" de mi y del libro. Pero yo me paré a releer el título. "La Buena Suerte", escrito por Alex Rovira Celma y Fernando Trías de Bes (ambos licenciados en Ciencias Empresariales y directores de una conocida consultoría de investigación e innovación)
He de decir que para mi la lectura es algo fascinante, en toda la extensión de la palabra. Sencillamente, leer me entusiasma. Siempre. También he tenido la suerte de estar siempre rodeada de libros.
Y no sé si será un defecto o una manía, pero cada vez que me encuentro con un libro que no he leído, hago la misma operación, es algo instintivo que no puedo resistirme a hacer. Esta vez también lo hice. Pasé las páginas a voleo, me detuve en una página cualquiera y leí una frase, al azar:
"... recordó lo que siempre le había dicho su maestro: la vida te devuelve lo que das. Los problemas de los demás son a menudo la mitad de tus soluciones. Si compartes, siempre ganas más."
A partir de ese momento supe que ese librito me tendría enganchada por un buen rato. Y antes de que pudiera evitarlo, ya me encontraba sentada ante una taza de café, absorta en la lectura. Creo que hacer ese "paréntesis" ha merecido la pena.
Parece un cuento, pero no es sólo un cuento. Tampoco es una fábula, aunque tiene elementos y personajes de fábula. No es un libro de auto-ayuda, ni un "recetario". No promete grandes logros a cambio de proezas difíciles de llevar a cabo. No promete nada. Es un libro sin pretensiones.
Pero a mi me parece un libro "mágico", que nos hace pensar. Sobre todo, nos hace llegar a conclusiones que, probablemente, tenemos muy cerca pero a veces no somos capaces de apreciar. Como dice uno de los personajes:
"… a menudo, los elementos clave solamente se descubren en los pequeños detalles. En lo obvio, en lo ya conocido, difícilmente se encuentra la respuesta a lo aparentemente innecesario, pero imprescindible."
Os parecerá risible que a mis años aún pueda ilusionarme leyendo una especie de cuento-fábula que debería haber leído mi hijo. ¡Bendita profesora de lengua!
En definitiva, creo que es un libro recomendado y recomendable para todas las edades, circunstancias y/o gustos.
Por eso hoy he querido compartir con vosotros este pequeño “tesoro”.
Saludos.
PS: Espero haberlo hecho en el apartado correcto. Aunque os he leído todo lo que he podido, no he podido comprobar si en alguno de los temas o apartados alguien ya había hablado de este libro. Os ruego me disculpéis si he repetido el tema. Disculpadme también si me extiendo cuando escribo. Gracias por vuestra paciencia infinita.