Todos visualizamos, aunque no estemos concientes de ello. Las imágenes mentales saltan a la conciencia durante la mayor parte del día. Si estamos en el trabajo, nos imaginamos que estamos de vacaciones; si estamos de vacaciones, visualizamos como será el regreso a la oficina.
La visualización, aunque pudiera ser un término de moda, es en realidad una actividad cotidiana que todos hacemos, en mayor o menor medida, de manera casi siempre inconciente y sin dirección.
Se ha sugerido en varios estudios que la atención de la persona promedio durante el día es de menos de 5 segundos para cada tema que se presenta en su mente.
Haz la prueba. Observa tus pensamientos. Cuando te des cuenta, verás que estás saltando de una idea a otra sin mucha coherencia, sin detenerte en cada una, y, como la mente funciona con imágenes, técnicamente estás visualizando diferentes escenas cada 5 segundos.
Las nuevas corrientes de pensamiento, desde el New Age hasta la Física Cuántica sugieren que la realidad se crea a partir del pensamiento. Seguramente habrás visto las cintas "El Secreto" y "What the Bleep?".
Si nuestra mente salta de pensamiento en pensamiento - de imagen en imagen – cada cinco segundos, ¿qué realidad concreta crees que estás creando? ¿Será una realidad de serenidad, paz y estabilidad, o una realidad de cambios caóticos, poca estabilidad y escaso logro de metas?
Es muy importante que en tu práctica de visualización logres la disciplina de la concentración. La meditación regular nos enseña a mantener la atención en un objeto o suceso, como la respiración o una parte del cuerpo, como en la tradición Vipassana; o en cantos y mantras diseñados para concentrarse, como en la tradición Tibetana. Normalmente se pide en la meditación que observes y dejes pasar todos tus pensamientos.
En la visualización enfocada en algún resultado específico –cambios de conducta, logro de objetivos, alcance de tus metas – el punto a concentrarse es precisamente ese: La imagen que quieres lograr, sin dejar que otros pensamientos te distraigan.
Para que tu visualización funcione, la mente debe estar de acuerdo con tu inconciente, que no tiene control sobre lo que piensa. Es importante que filtres las decenas de imágenes que llegan a tu mente cuando visualizas, y las redirijas hacia la imagen meta.
Es tu tarea concentrarte en una visualización a lo largo del día, tomando al menos cinco minutos para enfocarte en una sola cosa, tema o imagen, al menos un par de veces al día.
El dominio de la mente no es tarea sencilla, pero se puede lograr, y la visualización es una gran ayuda para lograr enfocar la mente. Puedes apoyarte de visualizaciones guiadas que faciliten la concentración en un principio.
Así, elige un tema para comenzar a trabajar, por ejemplo, visualízate feliz, plen@, exitos@, durante cinco minutos por las mañanas y las tardes, concéntrate sólo en eso, deja que pasen los pensamientos y regresa tu concentración a tu imagen meta.
En poco tiempo desarrollarás la capacidad de concentrarte en una sola idea, y eso no sólo atraerá las metas que visualices, sino que dará descanso a la mente, que sin estos ejercicios, es como un caballo fuera de control.
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