Con tantas noticias que hablan del desamor y del sufrimiento en las relaciones pareciera que las personas más sufren que gozan de una buena relación. ¿Acaso es difícil tener un buen amor?, ¿las parejas que se aman son excepcionales? Hablemos de las relaciones saludables. Y esto no es otra cosa que amar bien, tener una relación que te haga sentir bien contigo mismo y con tu pareja.
Hay muchos valores que van formando la base de una relación saludable. Aquí mencionaremos algunos puntos importantes en toda relación :
- Respeto. Respetarse, tener consideración y amabilidad, obsequiarle a la pareja atenciones y delicadezas, cuidar su lenguaje. Es aceptar al cónyuge tal y como es, sin críticas ni quejas.
- La ayuda mutua. Es la cooperación en todo, en las buenas y en las malas, en la enfermedad y en la salud, en la pobreza y en la abundancia, en las labores del hogar y en la educación compartida y comprometida a sus hijos, en la disciplina y en la educación en la fe. A través de la ayuda mutua la pareja se complementa, se integra, progresa, se perfecciona y alcanza la felicidad que tanto anhela.
- La fidelidad. Se podría pensar que la fidelidad es sólo el hecho de un nuevo amor de parte de uno en la relación. Esta es sólo una forma de infidelidad, porque se es infiel cuando no se respeta el compromiso que se hizo al contraer matrimonio.
- La humildad. Simple y sencilla que lleva a los esposos a preocuparse más de sus deberes que de sus derechos. Gastarse y desgastarse por hacer feliz a su pareja.
- La paciencia. Impide a los esposos irritarse ante sus debilidades, y los lleva a amarse hasta en sus defectos. La paciencia es la base del crecimiento personal y de pareja.
- La confianza. Es de suma importancia que en la pareja haya una confianza absoluta. No se oculten nada. Que no haya sombras que den paso a los malos entendidos. No acumulen resentimientos ocasionados por la desconfianza. Es mejor aclarar todas las dudas, para que cada nuevo amanecer sea claro y brillante.
- La libertad. Esta libertad se entrega por amor, y por amor a la libertad nos atamos al matrimonio. Es importante no esclavizar al cónyuge, dejándole libre para que crezca como ser humano. No lo domines, ámalo.