Estamos acostumbrados a vivir en el futuro. Parece que es necesario “que las cosas cambien” pero nadie especifica “que cosas” tendrán que cambiar y cuando. Más aún quieren el día, hora y lugar del cambio. Un cambio de algo “para mejor” que no se sabe que es sino que supone que debe ser para mejor. Comienzan entonces a salir las profecías: Las profecías de Nostradamus, las Profecías mayas, las profecías del fin del mundo del evangelio de San Juan, y así sucesivamente.
Mientras nuestras mentes se ausentan del momento presente, toda clase de sufrimientos suceden y negatividades del día a día y los patrones mentales subyacentes que tenemos continúan haciendo de las suyas. No va a venir alguien a darnos la salvación fuera de nosotros mismos, así como nadie puede comer o respirar por nosotros.
La inconsciencia espiritual se manifiesta por dejar el estado de consciencia en el presente y crear una “entidad” mental que espera que algo o alguien fuera de nosotros tome el mando de nuestra vida y haga lo que nosotros debemos ser, y hacer por nosotros mismos. De esta creencia en un salvador surgen los fanatismos religiosos y políticos que nos están destruyendo como especie.
Ocupémonos en el aquí y en el ahora de lo que nos corresponde. Seamos conscientes de momento presente. Como dice Deepak Chopra, el momento se llama “presente” porque es el regalo que tenemos. El pasado y el futuro no existen. Existe el maravilloso regalo del presente. Se consciente de tu cuerpo y de tu presencia constantemente si quieres recibir la guía y dirección que proviene de la parte mas iluminada de ti mismo. Esto es lo que llaman algunos maestros espirituales: Entrar en contacto con el Cristo. En esto radica el verdadero cambio.
Mi afirmación favorita para este tema:
“Elijo el presente y lo lleno de alegría y luz”.
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