Desde mis aposentos te escribo
mi señor y dueño de mis sueños,
amante de mis noche y de días eternos.
Esclava de tus deseos me siento,
reina moruna con sangre ardiente,
mis labios queman y en mi te engrandeces.
Llévame contigo en tus cruzadas siempre.
Extraño tus palabras cuando no estás
me hacen falta tus caricias para amar.
Atrapo mis miedos con sensualidad.
Divisaré en la lejanía tu regreso con ansiedad.
Aligera las horas para encontrar en mi,
a la mujer de sueños eternos y reales
átame, con cadenas a ti fuertemente,
no me dejes en medio de mis soledades.
Regresa de tus guerras amor mío amado,
que no se cubra de sangre tu cuerpo
por mi eternamente enamorado.
Cerraré tus heridas con labios apasionados.
Autora
Marisa Prunera
-Llum-