Nueve de cada diez dentistas recomiendan mascar chicle sin azúcar.
Ésta, aunque a simple vista no lo parezca, no es una frase afirmativa cualquiera. Y lo voy a demostrar.
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Si nueve de cada diez dentistas recomiendan mascar chicle sin azúcar, ¿qué recomienda el dentista en discordia? ¿No mascar chicle? ¿Mascarlo, pero con azúcar? ¿O es que, sencillamente, calla y no recomienda nada? Y como quien calla, otorga… ¿quiere eso decir que también, callando, está recomendando mascar chicle sin azúcar? ¿Deberíamos por lo tanto, más correctamente, afirmar que diez de cada diez dentistas recomiendan mascar chicle sin azúcar?
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Por otra parte, lo que nueve de cada diez dentistas recomiendan, en referencia al chicle sin azúcar, es mascarlo. ¿Cabe pues interpretar que los nueve dentistas, a su vez, no recomiendan llevar a cabo con un chicle otras prácticas distintas a mascarlo, tales como tragárselo, hacer globos, llevarlo apelotonado inmóvil en los picos de las muelas, o pegarlo bajo el pupitre, la mesa, u otras superficies similares? ¿O podemos deducir que recomiendan que el chicle mascado sea sin azúcar y que, para el resto de los ejercicios mencionados, el chicle utilizado lo sea con azúcar?
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Pero es que todavía hay más. Que nueve de cada diez dentistas recomienden mascar chicle sin azúcar, ¿equivale a que dieciocho de cada veinte dentistas recomienden precisamente eso mismo, o a que lo hagan veintisiete de cada treinta dentistas y así sucesivamente? Porque, de darse la equivalencia, ¿qué motiva que la afirmación se refiera precisamente a un colectivo total de diez dentistas? ¿Acaso el hecho de que resulta más sencillo sobornar de una sola vez a nueve dentistas que a dieciocho o a veintisiete dentistas?
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Y, además, ¿por qué la recomendación? ¿En aras de prevenir la aparición de caries? ¿Y si los destinatarios de la frase de marras, haciendo uso de su soberanía bucal, han optado por aliarse con la caries? ¿Por qué ha de inducírseles de esa manera a la confusión dental? ¿Dónde queda entonces el derecho a la libre elección de caries?
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No sé, no lo tengo nada claro. A partir de ahora, ¿mascaré chicle o no? Una de dos. Y nueve de diez.
Ahhhhhhhhhh, a mí los chicles… no me gustan.