Cuando aspiras a algo grande, hay mil obstáculos en tu camino. Todos estos pueden hacer que cualquiera se desanime y decida quedarse en donde está. La solución es ver en quién está el problema y no es en la meta…
Cuando tu meta es ganar dinero suficiente para irla pasando y “vivir conforme a tus medios”, es raro que las cosas se vean con muchos problemas.
Sin embargo, cuando aspiras a algo más, inmediatamente surgen los obstáculos. Conforme vas pensando más en grande, más grandes parecen ser los retos que vas a tener que superar para poder llegar a tu ansiada meta.
No importa de qué se trate: fama, dinero, poder… Mientras más quieras, más difícil parece volverse todo. Y lo irónico es que el problema no está en la meta o los obstáculos: está en la ti.
Para ser justos, esa parece ser la manera en que el ser humano está programado. Es fácil para la gran mayoría el ver todas las razones por las que no hay que hacer algo. Estrés, peligro, cansancio, ridículo… las razones son muchas para mejor quedarte en donde estás.
¡Cuántas cosas podrían hacer todos si solo se cambiara un poco la visión! Porque los problemas que hay que enfrentar para lograr los grandes éxitos son los mismos para todos. Siguiendo la lógica de algunos, todos deberíamos de fallar.
Pero hay muchos que logran grandes cosas a pesar de los grandes obstáculos.
Algunos dicen que es por dinero, pero muchas de las empresas que hoy son líderes en su mercado, manejan millones y millones de dólares empezaron con una idea que alguien llevó a cabo en su cochera.
Otros dicen que es porque “antes eran otros tiempos”, pero hay muchas empresas que han tomado el mercado que hace menos de 5 años no eran ni siquiera una idea en la mente de sus creadores.
Podría seguir pero mejor pasar a lo que siempre hacemos: mirar los obstáculos. Peor aún, mirar y sumar los obstáculos.
Conforme ves el camino a la meta empiezan a surgir todos los retos en cada sección hasta que se ven tantos que no vale la pena ni siquiera pensar en el intento.
Quienes triunfan tienen su vista en la meta. Solo es cuestión de seguir el camino y ya. Los obstáculos se enfrentan uno por uno cuando aparecen. Claro que hay que planear para poder superarlos todos, pero no vas a quitar la atención de lo que tienes enfrente por lo viene muy por delante.
Si quieres hacer algo, olvídate de los obstáculos que enfrentarás llegando a la cima y concéntrate en el siguiente.
Todos los viajes empiezan con un paso y es el siguiente paso el que importa, no el trescientos cuarenta y ocho.
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