¿Te ha pasado alguna vez no poder dormir teniendo a tu pareja al lado y levantarte para oír “radio madrugada” como dice Miguel Ríos en esta preciosa canción? ¿Te ha pasado alguna vez que estás con gente pero te sientes sola y estas deseando llegar a casa para inflarte de llorar sin tener un motivo aparente? Si te ha pasado, no te avergüences de ello, pero trata de canalizar esa fuerza que sale del llanto para que tus lágrimas fluyan y te hagan mirar hacia delante; que salgan mansamente a través de tus ojos, que por algo dicen que son las ventanas del alma. Fíjate en la letra de la canción “sal al aire, cuéntanos de lo que vas, la noche es así, niña, no olvides sonreír que mañana empiezas a vivir”
Piensa que el momento más oscuro de la noche es precisamente el instante previo al amanecer. ¿Habías caído en ese pequeño detalle?
Luego, cuando pase la marea de ese llanto catártico, reflexiona qué es lo que no marcha en tu vida. Puede que tu alma llore porque sólo te riges por tu mente o por tu corazón. Analiza qué carencias tienes, o que te queda por dar o a quien le puedes dar más y transmuta tu llanto en un motor que te ayude a avanzar para ser cada vez mejor…y entrar en la NBA. (No solo Bueno, sino Admirable)
Cuando estés dentro de ella dará igual porqué estas ahí, pero seguro que no es por azar y lo bueno que tiene la NBA es que hay muchos como tú y nunca más te sentirás sola estando en compañía. No mires atrás. Trata de vivir tu vida, y no la que te imponen los demás y sus circunstancias. Olvídate de la vida que soñaron para ti tus abuelos, tus padres, tus hermanos, las que han concebido tus amigos, la buscada por tu pareja o la exigida por tus hijos.
Deja de ser un rastro de ti misma, eres algo más que un “objeto” en movimiento, porque esa que han moldeado y dirigido, no eres tú. Saca a tu niña interior. Haz una lista de los subidones que has tenido en cada periodo de tu vida, empezando desde tu infancia y sigue hasta el momento actual y cuando termines la lista te sorprenderás a ti misma, porque es más larga que la del tique del Mercadona a primeros de mes.
No te dejes ir, no te abandones en tu penar, porque mañana será el primer día de tus días primeros y cuando suene el despertador, acuérdate de la lista de tus subidones, tus logros, tus dones y de tu capacidad, porque ¡lo has hecho! Has llegado hasta el día de hoy y en esta vida no es fácil sortear todos los obstáculos, pero tú, a pesar de los pesares, lo has logrado. ¿Te parece poco? El despertador sonará y con él la vida seguirá, no existe el botón que pare el despertador y que haga que se detenga el mundo para bajarte de él. Piensa en cómo sería la vida de los que te rodean si tú no hubieses existido, ¿eres consciente de que sería muy distinta? Eres única y sagrada, créetelo, porque nadie lo va a hacer por ti.
Mira a tu alrededor y disfruta de todo lo que la vida te pone al alcance de la mano; que hay que ponerse de puntillas, te pones, que necesitas un taburete, lo buscas…y si tienes que cambiar tu ecosistema, ¡a reciclar tocan!
Y si aún así no es suficiente, sumérgete en la literatura, date un respiro y lee “Cien años de Soledad” de Gabriel García Márquez, ¡mira qué belleza! “…el se estremeció con una destreza reposada, sin el menor tropiezo dejó atrás los acantilados del dolor y la encontró convertida en un pantano sin horizontes olorosa a animal crudo y a ropa recién planchada, primero fueron unos sollozos involuntarios, luego se vació en un manantial desatado, sintiendo que algo tumefacto y doloroso se le había reventado en su interior, hasta que su cuerpo desocupó la materia oscura que no lo dejaba vivir”
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