Los seres humanos tenemos la tendencia a etiquetarlo todo en la vida y estas etiquetas no son más que un reflejo del estado de animo de las personas en el momento de expresarse. Podemos ver a diario innumerables ejemplos de este comportamiento y la manera de como afecta a las personas involucradas.
Es importante considerar que cualquier opinión emitida en un momento particular está matizada por las creencias, gustos y estado de animo de la persona que la emite y puede ser valida para esta, pero no necesariamente para todas las personas involucradas. Lo que a uno puede parecerle claro, a otro puede parecerle oscuro, y así para todo desde el punto de vista relativo de cada quien según su percepción de la realidad, la cual está matizada por las experiencias que haya vivido o dejado de vivir a lo largo de su existencia.
Si pudiéramos detenernos por un momento la próxima vez que nos dispongamos a etiquetar algo, a alguien o una situación y nos preguntamos que nos motiva a hacerlo podremos ver claramente que son nuestras propias ideas preconcebidas las que nos impulsan a considerar la naturaleza de lo que nos rodea tratando de adaptarlas a ellas.
Al analizar la vida desde un punto de vista objetivo podemos darnos cuenta que las etiquetas que tan comúnmente utilizamos carecen de valor real y son solo útiles para establecer referencias relativas con respecto a otras experiencias similares. Solo podemos etiquetar algo comparándolo con otro parecido. Es decir si algo nos parece bonito, es porque lo comparamos con otro que conocemos y no nos lo parece tanto.
Observando la vida desde esta perspectiva nos damos cuenta de la variedad de experiencias que se presentan a diario para cada ser humano y lo diferente que pueden ser las percepciones de estas para cada quien según su disposición en el momento. Por esta razón es importante respetar las decisiones de las demás personas aun cuando podamos no estar de acuerdo con ellas sin catalogarlas, pues no sabemos que los motivó a actuar de la manera en que lo hicieron ni mucho menos que papel juega la experiencia que están viviendo en su proceso de crecimiento.
La vida esta llena de experiencias para ayudarnos a crecer y enseñarnos a tomar decisiones, podemos aprovechar nuestro tiempo aprendiendo de ellas tratando de sacarles el mayor provecho para comprenderlas y de esta manera poder comprender mejor a los demás y a la vida misma para así contribuir con un poco de armonía a nuestro alrededor.
Si las analizamos, podemos darnos cuenta que las experiencias no son ni buenas ni malas, simplemente son experiencias, la manera en que elijamos catalogarlas depende de como las consideremos nosotros al vivirlas y siempre en comparación relativa con una anterior, pero su naturaleza sigue siendo neutra.
De nosotros depende como elijamos considerar nuestras experiencias, pero las ajenas son responsabilidad de sus respectivos dueños.
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