La exposición a la luz brillante es beneficiosa para paliar los síntomas depresivos y muy recomendable también para quienes experimentamos un bajón en el estado de ánimo llegado el invierno.
Pero, como ocurre con casi todo, el exceso de exposición a la luz brillante por la noche parece ser que empeora los síntomas depresivos y dificulta el aprendizaje, según un estudio de la Universidad Johns Hopkins.
En dicho estudio alteraron el ciclo del sueño de unos pobres ratones sometiéndolos a 3,5 horas de luz seguidas de 3,5 de oscuridad.
Después de dos semanas observaron que los ratones mostraban síntomas de depresión y que tenían el cortisol por las nubes. ¿Y quién no lo tendría?
Los ratoncillos ya no se emocionaban tanto con el azúcar y sus placeres preferidos, además de que se volvieron más torpes en el aprendizaje.
Terminado el experimento, les endosaron antidepresivos a los ratones y recuperaron su comportamiento habitual.
¿Qué pasa con los humanos? Que nosotros, como los ratones, tenemos células ganglionares fotosensibles en la retina. Y éstas reaccionan a la luz brillante activando el sistema límbico en el cerebro, que es responsable de la memoria y las emociones.
Por la noche, cuando se supone que ese sistema está descansando, la luz lo obliga a hacer “horas extras” y ahí es donde se produce la alteración en los niveles hormonales, especialmente en la corticosterona.
Estudios anteriores demostraron que la exposición a una luz brillante durante la noche puede disminuir los niveles de melatonina, afectando con ello a la calidad del sueño.
Pero éste y problemas mucho más serios de los que hablan los estudios se enfocan en el exceso de luz durante la noche que perturbe el ciclo de sueño-vigilia.
¿Qué ocurre si te acuestas tarde trabajando, viendo la tele o jugando frente a una pantalla brillante? ¿Vas a acabar como los ratones del experimento?
No te preocupes. Los científicos nos dicen que no es necesario estar totalmente a oscuras por la noche para evitar estos trastornos. Basta con evitar la luz azul, que es la que activa la alerta en las células fotorreceptoras del ojo.
Para eso existen aplicaciones con las que puedes quitar la luz azul de la pantalla. O, simplemente, puedes oscurecerla al nivel más bajo de luz con el que puedas trabajar y/o jugar cómodamente a esas horas.
En resumen, nos recomiendan exponernos a la luz brillante durante el día y limitarla por la noche.
Eso nos cuentan en TIMEHealthland. Está bien saberlo.