Respeto, colaboración, amabilidad, voluntad de compartir... pilares básicos que sostienen a la pareja
A medida que pasa el tiempo, aumenta la confianza entre los miembros de la pareja e inevitablemente aparecemos ante el otro tal cual somos.
Nos conocemos tanto y hemos compartido tantas situaciones que creemos que podemos decir y hacer lo que se nos ocurre.
No está mal ser sinceros, pero sin herir. Y justamente esas formas que a veces no se respetan, o se olvidan, son las que van deteriorando el vínculo.
Alguna frase lastima más de lo pensado, se dejan de recordar fechas especiales, se incurre en ciertos descuidos, y las ofensas aparecen a flor de piel.
Entonces, un día sentimos que llevamos una carga que no sabemos cómo revertir. Podemos evitarlo?.
Seguramente que sí. Actuando a tiempo. No se trata de tomarlo a la tremenda, pero sí de sonreír, mirarse a uno mismo y comenzar a modificar conductas recordando siempre que aquello que más se ama es lo que más debemos cuidar.
La pareja se sostiente por cuatro pilares: el respeto, la colaboración, la amabilidad y la voluntad de compartir.
Respeto
Significa protección a la esencia del otro. Frente a ese otro tenemos la obligación de reconocer que somos distintos, de aceptar esas diferencias y de no presionarlo para que sea de la forma que nosotros queremos que sea. En la medida en que hacemos algo que sabemos que para el otro es una ofensa (interrumpirlo cuando habla, ocultarle la verdad, etc.) estamos faltando el respeto con todas las de la ley.
Colaboración
Un buen ejemplo son las tareas de la casa. Algunos creen todavía que son exclusivamente femeninas. Es una labor rutinaria y estresante, en especial si la mujer trabaja también fuera de la casa. Y si además de no colaborar, el hombre también la critica...el tema se complica. Se puede considerar al otro estableciendo pautas: si ella cocina, él pone la mesa; si uno lava los platos, el otro los seca. Considerar, es tener en cuenta al otro.
Amabilidad
Dos seres que se aman desean crear condiciones de bienestar del uno para el otro. La amabilidad básicamente tiene que ver con el deseo de que el otro se sienta bien. Siempre se puede ser amable, hasta para decir aquellas cosas que no estamos de acuerdo o que no nos gustan. Cuesta lo mismo decirlo, que decirlo bien.
Voluntad de compartir
La capacidad de compartir está íntimamente ligada al aspecto de "renuncia". Y el "siempre hay que hacer lo que vos querés" surge cuando los dos tienen sistemáticamente deseos diferentes. Compartir es aceptar, ver la realidad aunque no nos guste; en cambio resignarse es decir que sí sin estar convencidos, lo que encierra enojos y resentimientos. Cada pareja tiene contratos tácitos, una especie de código en común, que alguna vez fue verbalizado o intuido, en el cual se saben qué cosas le gustan o no al otro, y cuáles son las que se espera de uno. La clave está en no olvidar ese contrato, respetarlo y renovarlo día a día.
http://www.averlo.com/Parejas/detalles-del-amor.html