Un sinnúmero de hombres y mujeres reprimen y no expresan sus sentimientos durante el acto sexual por temor a lo que pensarán sus parejas. Estas personas están convencidas que si se dejan llevar por sus emociones se piense mal de ellas o se les interprete erróneamente. Otras, temen entregarse completamente por la educación recibida o su manera de ser.
En algunos casos, las personas están más pendientes de satisfacer a su pareja que al goce propio y la relación sexual se convierte en un acto frío y calculador. Del mismo modo, existen personas que esperan que todo lo haga la pareja sin tener iniciativa ni participación. Existen personas inseguras o de baja autoestima que tampoco han "aprendido" a revelar su pasión.
Nadie nace leyendo, se aprender a leer e igualmente todos venimos al mundo con las condiciones para aprender a ser sensuales.
Ser ardientes debe ser una actitud para señalarle nuestros sentimientos al ser amado. Es una forma de ser y de relacionarnos con la pareja. Algunas personas parecen poseer estas particularidades. Ellas hablan de determinada manera, se mueven distinto, huelen diferente, dan una impresión de seguridad y de confianza en si mismas. Pues bien, todas estas conductas se pueden aprender.
Lo primero que se debe hacer es realizar un inventario personal de sus conductas preguntándose: ¿Me siento sensual? ¿Atrayente? ¿Cuáles son mis atributos físicos? ¿Soy atractivo o atractiva? ¿Cuáles son mis puntos más interesantes? ¿Qué es lo que más me gusta de mí? Luego, haga esas mismas preguntas a quienes le conozcan usando formulas como estas: ¿Crees que puedo ser más atractivo o atractiva? ¿Cómo podría ser más sensual, tú qué piensas? ¿Qué es lo que más te gusta de mí? También, pregunte a todas las personas que pueda, de su entorno familiar, social y de trabajo: ¿Qué es para ti una persona sensual, atractiva?
Una vez que tenga estas respuestas compare su propia apreciación con la de los demás y decida que aspecto de su vida puede y desea cambiar para ser más sensual. Rompa con los prejuicios y actúe con imaginación usando todos sus sentidos: Ver y que le vean, escuche y exprésese con sensualidad, toque y déjese tocar, huela y consienta que le huelan y saboree y permita que le prueben.
En una ocasión alguien nos consultó cómo hacer para que su pareja se reanimara dado que con el correr del tiempo, la pasión y el deseo habían mermado. Le recomendamos algunos cambios pero la clave para esta persona fue: ¡Comenzar a dormir sin ropa! La desnudez no solamente sorprendió a su pareja sino que la reactivó sexualmente. ¿Cuál será su clave?...
"Vea, exprésese, toque, huela y saboree con sensualidad"
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