En la misma medida en que avanzamos en la línea de la vida vamos teniendo nuevas experiencias pero a la misma vez nos vemos obligados a dejar atrás otras vivencias. Me gusta imaginar la vida como un tren en movimiento. A veces compartimos el viaje con las personas que han tomado nuestro mismo tren pero en alguna que otra estación estas personas descienden, a veces vuelven a montarse en nuestro tren y volvemos a compartir experiencias, a veces debemos seguir sin ellas.
Pues bien, no aceptar el pasado es como detenerse en una estación y no partir porque estamos a la espera de un pasajero que probablemente nunca llegará.
Añoranza: La trampa del pasado
La imposibilidad de aceptar el pasado y seguir adelante puede estar determinada por muchísimos factores pero uno de los principales es la añoranza. Normalmente las personas que están atascadas en el pasado añoran sus antiguas costumbres; sobre todo cuando el presente no es tan gratificante como la experiencia anterior.
Por ejemplo, muchas personas reviven continuamente una antigua relación de pareja que les reportó mucha satisfacción desde el punto de vista emocional. De esta forma, aunque tengan una relación actual, continúan mirando al pasado y realizando comparaciones. Sin embargo, mientras que la persona se mantenga encadenada al recuerdo no podrá vivir plenamente el presente que, seguramente, propiciará vivencias diferentes pero igualmente gratificantes.
Las personas que suelen añorar el pasado quieren revivir una y otra vez las antiguas sensaciones positivas pues piensan que solo estas podrán brindarle una satisfacción verdadera. Sin embargo, no se percatan que existen muchas sensaciones diversas que también traen aparejadas grandes dosis de felicidad. En otras palabras, serían como un niño que ha probado un helado que le gusta mucho y después desean elegir siempre este sabor, sin atreverse ni darse la oportunidad de probar otros gustos.
Obviamente, al final la añoranza por el pasado termina provocando más mal que bien; sobre todo cuando la persona se da cuenta que es imposible regresar en el tiempo las agujas del reloj.
Cargas demasiado pesadas
Otras personas no son capaces de seguir adelante y aceptar el pasado porque experimentan grandes sentimientos de culpa, fracaso e incapacidad. Estos normalmente se asocian a la muerte de un ser querido, a accidentes o a decisiones importantes, de las cuales la persona se siente responsable. En este caso, la persona no logra aceptar que las situaciones de su vida han cambiado y regresa continuamente al pasado en un vano intento de buscar una solución.
Aunque pueda parecer un contrasentido, realmente las personas no aceptan el pasado, en primer lugar, porque no aceptan su realidad actual ya que esta les parece injusta o demasiado infeliz. De esta forma, el pasado se convierte en una vía de escape para no tener que enfrentar su cotidianidad. Si a esto se le suman algunas características personológicas como la tendencia al perfeccionismo, una postura autocrítica demasiado rígida y la tendencia a la victimización; entonces tendremos una mezcla explosiva que nos hará mirar constantemente al pasado.
¿Cómo aceptar el pasado y vivir el presente?
1. Comprender y aceptar la vida como un flujo en constante movimiento, con altas y bajas, que nos lleva por caminos diferentes pero cada uno con sus propios aspectos positivos para disfrutar.
2. Comprender que los errores son parte del aprendizaje y de nada sirve culpabilizarse por los mismos. Lo verdaderamente importante es asumir una actitud proactiva y no volver a cometer los mismos actos.
3. Dejar de comparar con el pasado y centrarnos en los aspectos positivos de la situación actual que vivimos.
4. Darse tiempo para acostumbrarse a los cambios aceptando poco a poco todas las cosas nuevas que estos nos proponen.
5. Tener confianza en el futuro. La vida siempre depara situaciones mágicas pero somos nosotros los encargados de extraer esta magia de cada vivencia. La confianza en nuestras potencialidades y en que el curso de la vida nos traerá nuevas experiencias positivas es esencial para continuar el camino.
http://www.rinconpsicologia.com/2011/10/aceptar-el-pasado-vivir-sin-asuntos.html