El buen trato aparece vinculado al respeto y la solidaridad, y es las capacidades que tienen las personas, para cuidarse entre ellas y hacer frente a las necesidades propias y ajenas, manteniendo siempre una relación afectiva y de amor.
Un buen comportamiento supone una distinguida educación, unos buenos modales y saber tratar con respeto y tolerancia. Todo ello fundado en un compromiso afectivo, entendido este como un esfuerzo social y colectivo que busca el reconocimiento, la participación y la cooperación de todos.
Según el carácter o la educación que tenga una persona para trata bien a los demás, así será su éxito, en cualquier tarea u oficio que emprenda o desarrolle en la vida.
El medio para que una persona se pueda hacer de las capacidades requeridas para adaptarse libre y espontáneamente a la vida, es aprender a respetar, a controlar y distinguir su conducta.
No tendremos que arrepentirnos nunca, si a tiempo sabemos frenar nuestros instintos reactivos y usamos las buenas maneras con todos. También es la forma de irnos ganando la simpatía, el respeto y la amistad de los demás.
Proporcionar un trato adecuado dignifica la persona, enriquece nuestra sociedad, evita el malestar y la frustración que a veces presentan los individuos ante situaciones.
Las personas han de ser tratadas sin paternalismos, para que así se sientan valoradas, respetadas y puedan notarse parte integrante de su comunidad.
Para lograr una convivencia armoniosa, se ha de aplicar ciertos principios de carácter general y revisar las actitudes, mostrando una constante disposición al cambio si se hace necesario.
Las auténticas manifestaciones de un buen trato son aquellas en que, a pesar de las divergencias lógicas entre las personas, se realiza un esfuerzo para lograr una atmósfera de comprensión y sincero interés en el bien común.
Factores que intervienen en un buen trato son: respeto, comprensión, cooperación, comunicación y cortesía, haciéndose necesario tener una adecuada actitud hacia los demás, y disposición a desarrollar un buen ánimo.
Algunas prácticas convenientes para tener buenas relaciones:
Se ha de hablar amablemente, pues no hay nada tan agradable como una frase alegre al saludar. Sonríe, no discutas, ni critiques, ni des consejos sin que alguien los haya pedido.
Llama a las personas por su nombre y escúchalas con atención, dándoles el tiempo necesario para que hablen. La música más agradable para el oído de cualquiera, es el sonido de su nombre.
Sé agradable, amigable y cortés para tener amigos.
Sé cordial, habla y actúa como si todo lo que hiciera fuera un placer. Interésate de verdad por las personas, simpatiza con ellas y trátalas con empatía.
Sé generoso con la gente al resaltar las buenas cualidades y cuidadoso al criticar.
Ten consideración hacia los sentimientos de los demás, pues en toda controversia hay tres opiniones o puntos de vista: la del otro, el tuyo y el correcto.
Se ha de estar dispuesto a prestar servicio, pues cuenta mucho en la vida el hacer por los demás.
Interésate con naturalidad por los demás, elogiándole con sinceridad.
Da un valor relativo a la opinión de una persona que ha convertido la crítica a los demás en una forma de entretenimiento.
Habla de aquellos temas que interesen a tu interlocutor.
Trata con sinceridad de que las personas se sientan importantes, de hecho lo son.
Muestra respeto por las opiniones ajenas.
Admite rápidamente si te has equivocado.
Comienza una frase amistosa cuando trates un tema espinoso.
Enfoca las conversaciones positivamente, intentando que tu interlocutor diga “sí”.
Deja que tu interlocutor sea quien más hable. Haz preguntas interesándote en sus cosas.
Muestra simpatía por las ideas de los demás.
Atribuye a terceros una buena reputación, que buen seguro se esforzarán en mantenerla.
Alienta a los demás, haciendo que los defectos parezcan fáciles de corregir.
Esfuérzate en crear un clima positivo en tu entorno.
No intentes cambiar la forma de pensar de los demás.
Conviene cultivar la amistad con personas auténticas y optimistas.
Utiliza el sentido del humor y la ironía para liberar toda la tensión acumulada y no des importancia a aquello que no la tiene.
Valórate a ti mismo ante los demás.
Negocia las diferencias que tengas con las demás personas.
Trata de identificar posible situaciones conflictivas con otros.
Ataca siempre el problema y nunca a las personas. No acuses o digas medias verdades, expresa libremente tus sentimientos y pide ayuda cuando lo necesites, sin miedo a recibir un no por respuesta.
Participa en la sociedad, lo que te permitirá tener un reconocimiento social.
No olvidemos que es más fácil notar un vicio que reconocer una virtud. A cada persona le corresponde investigar y darse cuenta que concepto se forma la gente de ella.
Vale la pena hacer un esfuerzo y adquirirá algunas de las prácticas descritas hasta aquí, puesto que muchos de los éxitos en la vida dependen de cómo uno sepa tratar a los demás.
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Nada tan peligroso como un buen consejo acompañado de un mal ejemplo
Madame de Maintenon.
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El secreto de un buen jugador es saber descubrir que espera el otro, y saber hacer creer que va a obtenerlo.
Ken Burns.
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Tu sonrisa y tu trato son un llamado a mejores cosas.
Dochanlu.
Dver
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