Cuando algo le impide a una persona no llegar a conseguir la satisfacción deseada, a pesar de poner todo el esfuerzo necesario, teniendo un comportamiento motivado, es cuando aparecen ese conjunto de sentimientos y síntomas, ese estado de decepción profundo, que denominamos frustración.
Saber tolerar la frustración permite afrontar la vida de forma exitosa, para ello hace falta darse cuenta de la realidad que se vive y adoptar una conducta constructiva, asumiéndola, así como no sentir la necesidad de defender el ego o el yo, reconociendo que el fracaso es sólo el resultado de una acción incorrecta o de una variable fuera de su control.
Adoptar una conducta constructiva ante las circunstancias es una manera positiva de reaccionar de forma apropiada y realista ante situaciones frustrantes.
La baja tolerancia a la frustración genera emociones que paralizan, llegando a producir sensación de incapacidad para realizar las cosas, haciendo que se produzca desmotivación y abandono de lo que se hace, en ellas las personas reaccionan automáticamente utilizando un mecanismo de defensa inconsciente de reacción a la frustración.
Hay personas que desarrollan un temor a sufrir frustraciones y adoptan conductas que más que defensivas resultan de evasión, utilizando un mecanismo inconsciente para evadir posibles situaciones frustrantes, lo que les impide llevar una vida normal y las priva de muchas experiencias enriquecedoras y satisfactorias.
El grado de tolerancia a la frustración de las personas es algo que se adquiere en la infancia.
La falta de paciencia también es un factor que conduce a la frustración, un aumento de la paciencia supone un incremento de la tolerancia.
Podemos definir la tolerancia como la capacidad para manejar una situación que resulta desagradable. Hemos de aprender que nuestra vida no depende solo de las cosas que se desean y no se consiguen.
Aprender a tolerar la frustración es más una cosa de constancia que de dificultad, suponiendo también una aprendizaje para manejar, de forma eficaz, la vida, pudiendo así ejercer un control más adecuado sobre ella.
Algunas medidas para aumentar la tolerancia a la frustración
No concedernos todo lo que deseamos, aunque podamos, para así aprender a esperar y a ganarnos las cosas que queremos, aprendiendo a valorar más las cosas.
Exponernos a las pequeñas frustraciones de la vida diaria, aprendiendo que las cosas no son siempre como uno desea, asumiendo la sensación de frustración y contactando así con la realidad, tomándose esas situaciones con normalidad.
Cuando se sienta la sensación de frustración no tratar de eliminarla a la primera, sino permitirse conocer esa emoción y tomarla como algo normal del vivir diario, permitiéndose encontrarse con ella.
Incrementar la autonomía personal, no pidiendo ayuda a la primera dificultad, para así aprender a hacer las cosas por si mismo.
Reconocerse y sentirse bien con los logros personales, felicitándose por el esfuerzo, de forma que se consiga relativizarlo, aprendiendo a valorar mucho más lo que se consigue, obteniéndose una mayor fortaleza personal, así como una satisfacción por superar lo difícil.
Por lo comentado resulta adecuado educar para que la persona aprenda a lidiar con sus frustraciones, aceptando la frustración como tal, tomando conciencia de la experiencia vivida y fortaleciendo su yo, para superar esos pequeños desequilibrios causados por esa situación no deseada.
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Es duro caer, pero es peor no haber intentado nunca subir.
Theodore Roosevelt.
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Usted puede tener todo lo que quiere en la vida simplemente si ayuda a suficientes personas a lograr lo que ellos quieren.
Zig Ziglar.
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Somos la fuerza creativa de nuestra vida y de nuestras decisiones en vez de nuestras condiciones, si con cuidado aprendemos a hacer ciertas cosas podremos lograr nuestras metas.
Stephen Covey.
Dver.
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