El poder del amor es omnipresente.
Sucede que lo que no se ve, nos parece que no existe.
Sin embargo, todo poder mundano es frente a él, como un barco que tuviera la falsa idea de ser insumergible.
El poder del amor no se esconde.
Se lo puede ver en el florecimiento de las flores y los árboles, en el juego de colores del arco iris, y en todo lo que esté lleno de belleza, lleno de misterio y prodigio.
Pero su aroma tan especial sólo alcanza a los corazones de los verdaderos amantes.
Sólo los ciegos exigen ver los prodigios.
Los que ven reconocen lo prodigioso en todas partes a donde miran.
Hans Kruppa