Que se manifieste aquel que no haya tenido algún desengaño amoroso o conozca alguien cercano que lo haya padecido y haya sufrido por ello. El mayor peligro que alberga el amor de pareja es el desamor, pero no por ello vamos a dejar de disfrutar de él ¿Verdad?
Las parejas se forman, muchas de ellas se separan por diversas razones y normalmente esa decisión la toma unilateralmente uno de los miembros de la pareja, quien decide romper la relación o acabar con ella siendo infiel. Es entonces la otra parte de la pareja, si seguía enamorado/a quien puede padecer la gran tristeza y gran dolor de la pérdida del amor, que seguramente creía que era para toda la vida.
El intenso dolor y tristeza a la que nos somete nuestra mente material en los casos de amor roto es terrible y desmesurada, pudiéndose comparar con el de la pérdida de un ser querido. ¿Por qué nuestra propia mente nos somete a esta tortura? Nosotros no queremos sufrir de esta manera. En este blog defiendo constantemente que nuestra mente es una gran herramienta con la que nacemos para que nos ayude a hacer grandes cosas en esta vida y por supuesto poder hallar nuestra felicidad, pero el gran desconocimiento de sus verdaderas cualidades y la escasa educación y disciplina a la que la sometemos, provoca que sus grandes capacidades se vuelvan en muchas ocasiones contra nosotros, provocándonos sufrimiento, malestar e incluso enfermedades.
Es obvio que una ruptura sentimental es un gran cambio, inesperado en muchos casos, y como todo gran cambio siempre viene acompañado de miedo al porvenir. También hay personas que se cierran ante nuevas posibles relaciones por miedo a ser dañadas nuevamente. No cabe duda que en muchos casos de ruptura nuestra autoestima puede quedar malherida, aumentado aún más nuestro desazón, al interpretar que quizá nos han dejado de amar por no haber sabido estar a la altura de las expectativas de nuestra ex-pareja. ¡Nada más lejos de la realidad!
Ante todo el dolor, tristeza y sentimientos arriba comentados que se apoderan de nuestro ser, lo más común es que la idea que ronde nuestra cabeza y que resume lo que nos ha ocurrido es: "he perdido a la persona que más quería, he perdido a mi alma gemela, mi media naranja, jamás podré volver a amar a alguien así, es una auténtica tragedia"... ¿cierto? Pues bien, esta idea que nuestra maleducada mente nos quiere hacer creer es del todo errónea. Pongamos luz en este asunto y busquemos una solución a todo esto.
Sabemos que a nuestra mente no le gustan demasiado los cambios y menos si son tan bruscos, la realidad en la que desea continuar ella y en la que nos encontramos tras la ruptura difieren mucho. El apego de la mente a esa realidad anterior provoca que únicamente desee volver a ella y lo intenta atormentándonos constantemente con ideas como la expuesta arriba. Todo se puede ver de modos muy diferentes dependiendo del ángulo con el que lo enfoquemos, o con la lente a través de la que vemos la vida, debemos abrir nuestra mente.
A continuación enfoquemos la misma pérdida de este otro modo: "¡qué lástima! yo creía que esa persona era mi alma gemela y no ha resultado ser así, pues si no me ama como soy, no puede ser mi media naranja... no ha cumplido con mis expectativas". Esto es así, la persona que no te quiere tal y como eres nunca podría llegar a ser tu pareja ideal, por lo que puede que esa relación con los años se habría ido marchitando pudiendo caer en un simple "aguantarse mutuamente", en lugar de un convivir lleno de felicidad y amor para toda la vida. Lógicamente en un principio no estaremos rebosantes de alegría, pero verlo de este modo, que es la realidad, hará que podamos recuperarnos mucho antes, que nuestra autoestima no se encuentre dañada y posiblemente nos tomaremos con mayor ilusión y menor miedo una futura relación con otra persona, que quién sabe... quizá la próxima sí que sea tu media naranja con la que poder compartir el resto de vuestras vidas de forma feliz y llena de amor... doy fe de que es posible.
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por gerundio Ayer a las 11:56
