Cuando un árbol esta produciendo frutos malos, sabemos que existe un problema y no buscamos la solución eliminando las hojas secas; el problema se origina en su fuente de vida: la raíz. Los motivos suelen ser muy variados, desde algún bicho que lo esta atacando o simplemente por la ausencia del vital líquido: el agua.
De igual forma sucede en la vida de las personas; por su estilo y forma de vivir sabemos que las cosas no andan bien en general, y el sitio que necesita de toda nuestra atención con urgencia esta en nuestra fuente: "el espíritu"
Y aun siendo testigos de esta innegable realidad, intuimos que existe un vacío de impotencia en mejorar las cosas, continuamos tratando de encontrarle un sentido a nuestra vida sin conseguirlo, surge entonces la imperiosa necesidad de hacer algo al respecto, ya que es en nuestra esencia (la fuente espiritual) donde se origina la falla y cegados por las necesidades del materialismo desmedido en que vivimos, atacamos el problema con remedios pasajeros: analgésicos que calman el dolor, pero no eliminan a fondo el problema.
El desafío, el reto y la invitación va dirigido a cualquier persona que se atreva a probar lo contrario. No es ninguna casualidad que estés leyendo estas verdades como lo veremos mas adelante.
Para lograr un verdadero cambio en nuestra vida es indispensable la presencia del toque divino: "lo sublime", entonces se habrá confirmado el advenimiento de grandes acontecimientos para la humanidad en general.
Existe una verdad universal y dice así: "En cada paso que damos por la vida los seres humanos sin importar raza, credo o religión, se encuentra un poder infinito manifestando su presencia eternamente". Funciona como un indicador: similar a los señalamientos de transito que encontramos por los caminos; estas manifestaciones se presentan de igual forma en todas las personas y por cualquier lugar del mundo respecto a la toma de decisiones que realizamos a diario; lamentablemente no sabemos como interpretarlas, tenemos la capacidad sin duda alguna, pero no sabemos como hacerlo. Intuimos quizás la presencia de Dios guiando nuestros pasos, pero el estado de ignorancia y adormecimiento en que vivimos nos impiden comprender que son como el mapa que nos va direccionando, y no alcanzamos a relacionar el evento con el beneficio que podríamos obtener mejorando asi la calidad de nuestras vida.
Cuando se presentan situaciones o sucesos "extranos" en el camino generalmente son ignorados; los conocemos como "casualidades" o "coincidencias" y es muy común que pasen desapercibidos por completo. Es asi como perdemos la valiosa oportunidad de aprender a tomar decisiones adecuadas en nuestra vida. Lo hacemos con la mejor intención, de eso no hay duda, pero sin las debidas precauciones y dependiendo el estado de animo presente, es como decidimos nuestro destino "dejandolo al azar"
Al no tener conocimiento de la presencia divina guiando nuestro camino y sin una estrategia adecuada, alguien mas se hace cargo, y atraves de sentimientos y emociones como el miedo, la ira, los celos, el odio, terminamos tomando las decisiones mas importantes de nuestra vida y de nuestro destino.
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