Muchas veces se dice que no se puede comprar la felicidad con dinero, pero no es verdad. Es simplemente verdad que:
Perseguir cantidades de dinero no es una ruta a la felicidad. No deberías intentar adquirir más dinero con la esperanza de que te hará feliz, sino más bien, una vez que tienes dinero, deberías pensar cuidadosamente acerca de cómo puedes utilizarlo para aumentar tu felicidad.
Usar dinero para comprar cosas equivocadas (cosas que son populares, cosas que otras personas quieren, cosas que requieren mucho mantenimiento) no resulta en felicidad.
La gente suele utilizar el dinero para comprar cosas que luego les demandan tiempo y preocupaciones en lugar de comprar cosas que les dejan preocuparse menos.
Hay que ver el dinero simplemente como un medio por el cual intercambias tu propio esfuerzo por productos y servicios que realmente quieres y que te hacen feliz. A medida que vas progresando en la vida, es muy probable que comiences a ganar más dinero (mientras seas joven, aprende disfrutar de las cosas que no requieren dinero – p ej creando relaciones ).
Enfoca el gasto de tu dinero de manera que mejore tu felicidad y reduce tus niveles de estrés, y ten cuidado de no usarlo para comprar cosas que otras personas dicen que “debes” comprar.
Tres situaciones cuando el dinero sí te deja comprar la felicidad:
Cómprate una cama buena. Cómprate un colchón bueno. Tendrás que probar una variedad de colchones para encontrar el que te parezca mejor, pero si encuentras el correcto mejorará en gran medida la calidad de tu sueño, y como consecuencia, tu vida profesional. Pasas el 33% de tu vida en la cama por lo que es económicamente razonable optimizar esta área de tu vida.
Cómprate un buen ordenador. Si tu ordenador es lento o si tiene un problema que te causa mucha frustración pero has aprendido vivir con ello, arregla ese problema. De todos modos, si hay una manera para gastar dinero y eliminar frustraciones tontas con tu experiencia computacional házlo. Házlo ya. Quizás necesitas comprar una nueva laptop pero te has convencido a tí mismo que es un gasto “frívolo” porque al fin al cabo el viejo aún te sirve. Arréglalo o compra un nuevo. Así te deshaces de estrés innecesario y te permite concentrarte en la experiencia de consumir e intercambiar información, que al final es el idea de utilizar un ordenador, no actualizando programas de antivirus.
Crea un fondo de emergencia. De vez en cuando nos pasan cosas que no son la culpa de nadie pero causan semanas de preocupaciones y dolor de cabeza. P ej, tu coche se rompe y tienes que pagar 500 € para arreglarlo. Nadie lo rompió, es un coche y los coches se rompen. Tu seguro no lo cubre y tendrás que pagarlo con tu propio dinero. Por eso tu flujo de dinero se interrumpe considerablemente. Crea un fondo de emergencia para tí mismo, pon un poco de dinero en ello cada mes. Este fondo servirá para esos momentos cuando tienes que enfrentar un problema que “si tenía un poco más de dinero desaparecería”. A veces los problemas pueden desaparecer si pagamos para que desaparezcan y un fondo de emergencia te deja hacer eso.
¿Qué dices? ¿Qué cosas has comprado que te ha han hecho realmente más feliz?
http://www.habitosvitales.com/2011/01/05/el-dinero-si-puede-comprar-la-felicidad/