Tema: Frases para prolongar tu vida Jue Nov 08 2012, 18:45
La emoción que una frase causa en la mente y el corazón, es subjetivo, pero el deseo de salir del miedo, la infelicidad y la presión de la mirada del otro, es común a toda la humanidad.
De ahí que algunas enseñanzas volcadas en frases cortas suelen percutir de manera certera al ego, y la personalidad adormecida, que trata de imponerse siempre, sobre el despertar de la conciencia superior.
Tres frases, que en un gran congreso de espiritualidad práctica fueron seleccionadas como mazazos a la ignorancia.
“No existiría el cáncer, si no existiese el pasado”.
Hace referencia al pasado que la mente trae una y otra vez, insistiendo sobre lo no resuelto, el famoso, “Por qué a mí? por qué no a mi?, la víctima recurrente, el rencor, el resentimiento, la añoranza brutal, el deseo del retorno al pasado, o los recuerdos dolorosos, que no paran.
Esa mochila es cada vez más pesada, cuando permanece suele originar una degeneración celular, y el bloqueo de la energía vital, que llama a gritos a la enfermedad y abre las puertas al enemigo callado, que hace estragos en el cuerpo.
“Quien no perdona, muere antes y muere mal”.
La falta de perdón, es el origen de la angustia más letal, que sumada a la ira, imposibilita una vida que se llame vida. Nos lleva a una mera supervivencia biológica cada vez mas averiada. Quien no perdona es un prisionero de si mismo, de su falsa identificación con el ego herido.
La imposibilidad de perdonar, transforma a la vida, en un derrotero depresivo, y es el origen de la depresión.
El goce vital se reduce, y se opaca lentamente. La gente con ese dolor acumulado, convertido en un enojo constante con la vida, tienden a ser sombras patéticas, que se arrastran, y en algunos casos su permanencia en él se debe solo a la intensidad del rencor que manejan, nada que se asemeje a una vida bien vivida.
“Que el elogio no te deje lleno de orgullo y que la crítica no te derrote”.
Aquella persona que solo espera el elogio y la alabanza para sentirse vivo, es fácilmente destruido por la crítica ajena, por la malicia.
Esas personas son hojas llevadas por el viento, exhiben su carencia en forma tan brutal, que solo causan entusiasmo cuando el otro las considera, y si esa misma persona u otra diferente, las desprecia, ridiculiza, o las difama, entran en una profunda tristeza que se va haciendo más crónica cada día, y viven pequeños espacios de una alegría artificial, entre enormes espacios, mucho más prolongados de intensa depresión, por la opinión que algunos puedan tener de ellos, llevándolos a una minusvalía y una baja autoestima mortal, que en un círculo enfermo genera que el sistema inmunológico viva afectado.