El motor de la existencia

Los corazones humanos muchas veces actúan como cárceles cuando han sentido los rasguños de la incomprensión humana, pero si es triste contemplar la ignorancia de los hombres, mas triste es observar corazones encarcelados.

Yo aun no he podido quitar las cadenas que atan y oprimen mi corazón, por eso aun no e podido volver a encender la antorcha del amor y entregarlo a cuanto ser encuentre a mi paso, porque el amor es para el hombre, igual como lo es el agua para las plantas, es la vida, es la energía y es el motor de la existencia, debemos sentirlo dentro de nosotros para poder darlo a los demás, nadie da de lo que no tiene, y el amor es el motor que mueve nuestras vidas.

El corazón funciona como un órgano autónomo, que, independientemente de mi voluntad, de mi comprensión de las cosas que me ocurren, el genera una serie de sentimientos de acuerdo a sus propios mecanismos de funcionamiento. Al corazón no se le puede pedir que razone, de la misma manera como no se le puede pedir que sienta al cerebro. Al corazón se le educa no con conceptos sino con emociones; un corazón que ha crecido en medio de los suaves efluvios del amor, aprenderá a emanar estas mismas emociones sin medida y sin descanso, pero un corazón forjado en la fría indiferencia no podrá hablar el lenguaje del cariño y de las caricias.

Mi corazón es como una delicada flor que cuando siente el invierno cierra sus pétalos y se refugia en lo más interno de su ser, pero cuando siente los tibios rayos solares encarnados en las suaves caricias del amor, abre su corola y deja escapar el perfume de los amores más sublimes que el ser humano puede emanar; y cada corazón tiene una historia diferente, cada corazón ha sido forjado bajo diferentes condiciones de vida, cada corazón es como una flor con diferente color y perfume. El corazón no entiende con conceptos, el corazón entiende con el ejemplo; si en verdad deseamos poder arrastrar a otros hacia una nueva vida, debemos nosotros mismos empezarla, debemos nosotros mismos levantarnos sobre esas mismas limitantes, y entonces, con esa libertad para amar indiferentemente a todos los seres humanos, sean éstos humildes o poderosos, sean éstos pequeños o grandes, sean éstos amigos o enemigos, y a través de nuestra sonrisa, a través de nuestra mirada y a través de nuestras palabras, expresar, sin asomo de dudas, la realidad de que es posible liberarse e iniciar un nuevo camino.

Un corazón triste no puede enseñar la felicidad, un deprimido jamás podrá hablar de la alegría de vivir, un corazón encarcelado no encontrará las palabras adecuadas para expresar lo que es el amor por la vida.

Cuando presa de mi tristeza y de mi dolor vuelvo a sentir soledad, Cada noche recuerdo, la voz que proviene de mi misma, que me habla me grita y quiere hacerse escuchar que no todo esta perdido, que aun existe la bondad y el amor en este mundo y que vale la pena luchar por el, sentir su presencia inundándote y desbordándose desde adentro hacia afuera. Hasta sentirme como una flor renacida, la primavera volverá a llegar a mi vida y el frío invierno se alejará de mí. Un nuevo sol alumbrará mis pasos y la vida entera retomará su curso, porque una flor se ha abierto nuevamente. Esperare ese día como el mas glorioso día de mi vida, como si mis ojos lo vieran por vez primera, el día que mis cadenas se rompan y mi corazón quede libre, como gaviotas volando sobre el inmenso mar y pueda volver a volar libre y sentir la frescura del viento tocando sutilmente mi rostro, que no tenga miedo de volver a amar, ni a sufrir, ni a llorar y menos a vivir por amor….

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