Mi amor, aquí estoy,
dispuesta a dártelo todo,
porque mi todo ya es tuyo;
y el todo tuyo, es mío sólo.
Aquí estoy,
extrañándote como loca,
con mi necesidad de verte,
y esta soledad que me ahoga.
Pero no declino en mis sueños,
ni en mi determinación de tenerte,
sé que llegará el momento,
de poder estremecerme
entre tus besos de fuego,
y los míos tan ardientes...
Ay, ¡¡Amor!!
¡Cómo te extraño!
no sé qué me está pasando,
que los días se hacen largos,
y este amor,
¡sigue aumentando!