La resilencia ¿¿la qué??

He de reconocer que nunca había oído ni leído esta palabra hasta que empecé a interesarme por la psicología positiva. ¡La vida es un aprendizaje continuo!. La busqué en el diccionario, que la define como: "la resiliencia es la resistencia que presenta una estructura a la ruptura por choque. Mide el nivel de fragilidad de la estructura".

Una definición más psicológica sería la siguiente: "la resiliencia es la capacidad de una persona o un grupo para resistir y seguir progresando en la vida a pesar de sufrir experiencias traumáticas, condiciones de vida difíciles o enfermedades que pueden llegar a ser graves, superándolas con éxito." 

Los estudios psicológicos mas recientes sobre las experiencias traumáticas constatan que el ser humano tiene una extraordinaria capacidad de resistir y de superar un trauma. Sin embargo, esto ha sido pasado por alto por la mayoría de las teorías psicológicas a lo largo del siglo XX. Lo más frecuente ha sido considerar a las personas como débiles y vulnerables, dentro de lo que se denomina “enfoque de riesgo”.

El "enfoque de riesgo" parte de la base de que una persona que sufre un estrés postraumático requiere una importante atención psicológica profesional y farmacológica para evitar los síntomas de ansiedad, depresión, retraimiento, insomnio, etc. Es decir, se presupone que el ser humano es muy vulnerable frente a los golpes de la vida (la muerte de un ser querido, los maltratos en la pareja, los abusos, las enfermedades graves, las discapacitaciones, etc.) ante lo cual poco puede hacer. Se ignora que hay a menudo un crecimiento postraumático que puede llevar a la persona a la superación de estas dificultades e incluso a salir reforzado tanto en su vida psicológica como física.

Por supuesto que las desgracias y las experiencias traumáticas suponen un duro golpe para la persona afectada, muchas veces víctima inocente de accidentes o de abusos de otras personas. Sin embargo, creo que la labor del psicólogo es favorecer la superación del trauma de la víctima, evitando la resignación y la infelicidad. La Psicología positiva es especialmente apropiada para ayudar a conseguir encauzar este camino de reconstrucción y superación, lo que ha de devolver la alegría y la normalidad a la persona víctima del suceso, en la medida de que las circunstancias lo permitan.

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