Las parejas siempre van a pelear. Es inevitable en toda relación. Van a discutir, gritar, resentirse o hasta callar como muestra de enojo. Es normal. Algunos especialistas afirman que los pleitos entre marido y mujer pueden ser benéficos si se saben enfrentar. Y al revés, si callamos o ignoramos la bronca, es muy probable que se generen resentimientos que a la larga puedan destruir a la pareja y acaben separados o divorciados. Callar, gritar, razonar o soltar improperios, cómo peleamos con nuestra pareja dice mucho de qué va a suceder a la larga con la relación, el noviazgo o el matrimonio.
CAUSAS DE PELEAS DE PAREJA
Las causas para pelear en el matrimonio o con la pareja son diversas. Entre las más comunes se encuentra las de orden. Como cuando él deja la ropa sucia por todo el piso de la recamara o cuando ella deja su material de manicura en la mesa de café. También están las razones monetarias. Y éstas sí que son un problema para los dos. Están los problemas de tipo sexual. Una quiere y el otro no. Están los pleitos por el estilo de vida de cada persona. Las viudas del golf, son un ejemplo. Cómo enfrentar este tipo de pleitos dependerá si la pareja tiene una vida exitosa o no.
Una vez que has identificado las causas puedes encauzar el problema hacia una solución. El primer paso es entender que no se puede ganar los pleitos de todas todas. Si te has peleado con tu pareja y no lo has resuelto es muy probable que se genere cierto malestar y se vuelva a repetir hasta convertirse en un patrón. Por lo tanto lo mejor es hacer algo al respecto. Un segundo paso es ver que todos somos imperfectos. Él puede tener un aspecto que te moleste pero tú también tendrás a sus ojos algo que le cause un malestar. Ponte en sus zapatos y escucha.
TIPOS / ESTILOS DE PELEAS
Además de las razones por las que te peleas en pareja, está el tipo o estilo cómo pelean entre sí. Puede ser que seas, sea, o sean unos peleadores “callejeros”, es decir del tipo que inmediatamente reacciona. “Pues tú también eres tal o cual”. En otro extremo está el que calla – y por lo tanto otorga – lo que acaba siendo dañino pues mientras uno cree que “ganó” el pleito el otro o la otra va guardando sus reservas hasta hacer explotar la olla del resentimiento. Una modalidad de este tipo de peleadores es el agresor pasivo: No tengo nada, estoy bien. Otro estilo de peleador en los conflictos de pareja es el político, el que sabe desviar la atención hacia otro asunto. Quizá se desactive la pelea pero el fondo del asunto persiste.
La forma como resuelvan los problemas es un indicador si la relación perdurará o no. Un estudio publicado en el Journal of Marriage and Family concluyó que los esposos que acaban sus pleitos donde uno calla y se retira terminan por divorciarse. “El esposo que enfrenta los pleitos de forma sana - constructivamente- puede pensar que quien tiene la costumbre de abstraerse lo hace por falta de interés”.
DÉBIL y FUERTE
La mayoría de los desacuerdos en las parejas surgen cuando una fortaleza se combina con una debilidad. Cuando en una pareja, uno de los dos tiene más experiencia, más habilidad, más conocimientos, o más información que otros sobre el tema en conflicto el resultado termina siendo una pleito o una confrontación. Lo importante es cómo termina la bronca entre los dos. Si el pleito se extiende por días y días o si el silencio es la “solución” entonces se germina un problema de larga aliento que puede terminar en un rompimiento. Si por el contrario, un pleito de pareja termina con una resolución donde ambas partes han cedido algo – no necesariamente mitad y mitad – entonces la pareja se ve fortalecido por el pleito en cuestión.
El tiempo irá balanceando los asuntos. Cuando haya un pleito entre pareja y si el asunto es muy importante para uno de los dos, lo mejor es ceder en buena medida. Digamos que es sano ceder hasta en un 80 por ciento. En otras ocasiones tú recibirás ese 80 por ciento. Lo natural es que se vaya balanceando.
CONSEJOS PARA ENFRENTAR LAS PELEAS EN PAREJA
1) Intenta comprender. Antes que entrar al fondo del asunto ve el entorno. Quizá está estresado o malhumorado. En estos casos es mejor posponer por un rato hasta que se ha pasado el malestar. Luego ya se puede entrar al fondo. Piensa en el otro y su circunstancia.
2) Sé clara. Muchos hombres no saben leer lo que las mujeres intentan decir. A ellos hay que decirles las cosas en poco tiempo.
3) No es competencia. Una pelea nunca debe ser sobre quién gana o pierde. No es sobre quién tiene la razón o no. La verdad no tiene una sola cara. Siempre hay dos lados en una moneda. Ganar es perder y perder es ganar.
4) Escucha. Como mujeres tendemos a hablar sobre sentimientos no sobre hechos. Ellos prefieren hablar sobre cosas específicas. Cuando él diga algo en lo que no estás de acuerdo no te dejes llevar por el enojo, sigue escuchando y espera.
ESTABLECE REGLAS PARA LA PELEA EN PAREJA
Es verdad que resulta difícil hablar sobre los pleitos de pareja. Una cosa es el tema de fondo – sea monetario o de orden o de libido – y otra cosa es la forma cómo resolvemos la bronca. Una cosa es ceder y negociar y otra es tener clara con tu pareja que los pleitos son “normales” y que si saben enfrentarlos podrán salir fortalecidos como personas y como parejas. Te recomendamos compartir este artículo como parte de un primer paso para establecer las reglas para pelear “a gusto”. De esta manera podrán desde antes de empezar a discutir, tener claro que las peleas son inevitables pero que el resultado puede ser favorable para los dos.
Por último te sugerimos reírte. No de tu pareja sino del problema en sí. Juntos busquen el lado simpático, lo absurdo del pleito. En todo caso ríete de ti misma. Verás lo mágico que es cambiar esa energía negativa por una sonrisa.
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