Una de las cosas maravillosas de pasar adversidad, dificultades y desafíos, es que a menudo van a mostrarte un amor más profundo, una mayor fortaleza — algo valioso que no sabías que existía hasta que eso que te llevó a vencer los desafíos, te muestra que no te conocías tú mismo y lo que estabas persiguiendo.
Eso es una bendición.
Cuando te enfocas en el Señor, lo hallarás presente contigo. El nunca ha estado lejos de ti, sólo has estado distraído por los otros niveles. Cuando te enfocas en el Señor, llegas a conocerlo. Cuando conoces a Dios, puedes amar a Dios. Las claves para el conocimiento y el amor a Dios están dentro de ti. Estas cosas no se te pueden enseñar, sólo puedes despertar a ellas.
Debes, antes que nada, perdonarte por todas las cosas, porque fue la ignorancia la que te llevó a ellas. No fue la Luz. Cristo mismo dijo que El vino al mundo, pero que el mundo estaba lleno de oscuridad y que no conoció la Luz. Así que nos perdonamos la oscuridad de nuestro ser y celebramos la Luz que estamos heredando y hacia la cual vamos y ponemos la Luz en nosotros.
Cuando estás lleno de amor y de Espíritu, eso fluye fuera de tí hacia el mundo. Las personas dirán: “Siento este amor que proviene de tí. ¿Qué estás haciendo? Les respondes: “No he hecho nada. Simplemente entré a la habitación. Quiero seguir al Espíritu de la verdad. Por eso paso tiempo en mi fuero interior. Es así como me sirvo a mí mismo.”En última instancia, la forma de expandirse es simplemente dejando ir la resistencia.
John-Roger y John Morton