La Energía es una sola. Ella proviene de una fuente original: El Universo
La energía que existe en todo el universo es la que sostiene la enorme y compleja interacción en todo lo que existe.
Cada persona, cada animal, cada planta, cada cosa y cada elemento es una porción de ella.
Las partículas subatómicas que la conforman se encuentran en un constante e ininterrumpido movimiento: átomos, electrones, fotones, quark, cuantos de luz,...
La energía, en cualquiera de sus formas, se interrelaciona constantemente entre sí.
La atracción que el uno ejerce sobre el otro es lo que hace que el Universo exista y funcione. Lo que llamamos vida, no es más que la manifestación permanente de ese movimiento energético.
Es la cercanía de sus partículas subatómicas y su movimiento, lo que determina su perceptibilidad al ojo humano. Esa es la base de la existencia física.
Es la limitada capacidad de percepción humana la que traza los límites, al captar sólo una pequeña parte de la totalidad. Tanto lo denso como lo que resulta imperceptible, se encuentra regulado por continuos movimientos.
La energía sutil, el alma o la humanidad inherente no se ven. Eso no quiere decir que no exista. Dicha energía puede ser percibida en cada acción ejecutada, en cada pensamiento, en cada palabra, así como también en cada sentimiento y en cada emoción.
Por ejemplo, cuando una persona es compasiva o generosa con otra, generalmente no pregona que está manifestando esas virtudes, y menos se coloca un letrero o cartel,
para que los demás entiendan que las está expresando.
Tampoco puede comprarlas en un frasco, en una bolsa, por litros o por kilos en la tienda, en el supermercado, en la farmacia, en un centro comercial o en la estación de servicios, para utilizarlas cuando las necesite.
Las personas sólo las sienten, las manifiestan, las vivencian y las experimentan.
El que se beneficia con esas cualidades humanas, generalmente las reconoce, a través de cada gesto, sentimiento, emoción o palabra; y quienes observan u oyen, las perciben sin necesidad de alguna explicación.
Entonces, si la compasión y la generosidad no se pueden ver en forma de objetos,
¿cómo los seres humanos pueden entender su existencia?
La compasión y la generosidad, o cualquier otra virtud al ser expresada, las artículas que conforman las energías humanas inherentes se ordenan y se reordenan según ciertos patrones imperceptibles, los cuales sólo pueden ser captados por los sentidos e interpretados por la mente y/o por su capacidad de discernimiento.
Es la forma en que se han manifestado y se manifiestan las Energías Humanas, además de la forma en que se han desarrollado, fortalecido, afianzado y arraigado,
las que denotan en realidad el carácter y la personalidad de un individuo.
Las virtudes humanas al ser energías, no se aprenden ni se enseñan, ni se adquieren, ni se obtienen así como tampoco se pierden.
Ellas sólo deben ser estimuladas, activadas, manifestadas, desarrolladas, fortalecidas…Estas energías, son conocidas también como valores humanos o cualidades positivas.
Pero cuando son mal utilizadas, esta tergiversación energética acompaña a quien las distorsionó hasta que sean nuevamente llevadas a su justo equilibrio. Estas energías distorsionadas son conocidas como antivalores o cualidades negativas.
Es así como la totalidad del Universo siempre se encuentra interactuando
con cada ente, elemento, criatura y/o persona.
Al comprenderse ese funcionamiento y la responsabilidad energética individual que tenemos todos, es que podemos hacer de este mundo un Mundo Mejor…
(Elizabeth Varga Ramírez)