¿Puede existir el Sexo sin Amor o el Amor sin Sexo? Preguntas inquietantes cubiertas de un manto muy denso de tabúes y diferencias.
El necesario y primordial apareamiento que permite a la raza humana permanecer en el tiempo es realizado a través de intensas sensaciones que se traducen en placeres que nos permiten llegar a parajes indescriptibles e incomparables. Sin embargo, estos placeres no siempre están acompañados de la energía que debería generar dicho acercamiento: el Amor.
Sensaciones que por ser tan placenteras han estado a la venta desde que el hombre es hombre y la mujer es mujer. En este mercadeo de cuerpos, las estrategias han llegado a convertirse en el arte del sexo, llegándose a cumplir a través de él, las fantasías más recónditas rescatadas de la imaginación de incautos pero satisfechos clientes.
También podríamos hablar del sexo casual, en el cual dos personas se atraen físicamente a simple vista y sin rodeos se dirigen a compartir intimidad con el único objetivo de saciar un instinto carnal sin entablar algún tipo de compromiso. Es realmente increíble cómo se puede desvirtuar el impulso básico que conlleva el compartir un momento tan importante, sin embargo, estos encuentros intempestivos son cada vez más comunes y hasta podríamos decir que se han convertido en una especie de “moda” en algunos círculos sociales.
¿Pero realmente este acercamiento de cuerpos, adornado de cuerpos esbeltos y menudencias apetecibles, logra entregar la satisfacción plena o nos permite llegar a la cúspide del placer? Por supuesto que algo tiene que tener de especial para que sea uno de los negocios más antiguos y sólidos de la historia de la humanidad, sin embargo no es ni remotamente comparable con la experiencia de realizar el acto sexual con la persona que amas. Ya no hablamos simplemente de Sexo, ahora nos referimos a HACER EL AMOR. Es mágico cuando tenemos la dicha de encontrar a esa persona especial con la que compartiremos ese viaje maravilloso e incandescente. Esa persona que llamamos pareja, amiga, confidente, compañera, amante.
Es tan simple amar y permitir que nos amen que lo hacemos complicado y en muchas oportunidades dejamos perder momentos que se desvanecen en el tiempo y no vuelven jamás. Una querida amiga me dijo una vez que la mayoría de las parejas que se divorcian o se separan lo hacen amándose. Qué manera de complicar lo que es tan sencillo.
Las ansias de ganar terreno en el mundo de la competencia mercantilista o de hacer una imagen "importante" de nosotros mismos, nos zambulle en jornadas rutinarias y agotadoras que nos anulan y carcomen la posibilidad de que esos maravillosos encuentros amorosos sean realizados con la frecuencia deseada. Del mismo modo la llegada de los hijos hace que en muchísimas oportunidades las parejas pierdan el foco de atención entre ellos y se desvanezca la pasión avasallante.
Debemos amarnos, debemos buscar y programar esos momentos especiales, debemos enamorarnos cada día un poquito más de nuestras parejas. No debemos permitir que el Amor se vuelva rutina, es a través de él que vivimos y crecemos integralmente. Valoremos a esa persona que amamos y nos ama. No perdamos la oportunidad de demostrarle que nos atrae y que la deseamos como el primer día. Hagamos de cada momento una aventura fascinante, donde nuestra inventiva le dé ese toque especial a un momento irrepetible. Cumplamos al pie de la letra aquel mandato poético que nos hizo en una oportunidad Joaquín Sabina, cuando nos cantó aquello de “que todas las noches sean noches de boda y que todas las lunas sean lunas de miel”.
Que nunca se pierda la llama de la pasión entre nuestras parejas, démonos cuenta que el tiempo es un cruel aliado del olvido y el desamor. La vida es muy corta y tenemos muy pocas oportunidades para descubrir lo maravilloso que es entregarnos a ese ser especial, si no lo hacemos, podríamos condenarnos a lidiar por el resto de nuestra vida con la triste y vacía Soledad. Dejémonos llevar por la fuerza del Sexo con Amor, del Amor aderezado de buen y divino Sexo.
http://www.capacitante.com/2011/02/del-amor-el-sexo-la-pasion-y-otros.html