Desde el momento que nuestras vidas inician se emprende un camino álgido por alcanzar nuestra misión más importante y trascendente: SER FELÍZ.
El secreto de compartir una vida llena de sentimientos armónicos y plenos se inicia desde uno mismo.
Tal vez sea un cliché decirlo, pero la carga de sabiduría es inmensa: la persona que más te quiere, que jamás te abandonará, que encarna tu esencia no es otra que TÚ mismo.
No existe otra forma que nos permita involucrarnos en el vaivén de los días sino buscando como prioridad nuestra felicidad, madura y sólida. Pero eso sí, una felicidad basada en principios verdaderos y gigantes. La felicidad basada en bienes materiales o hechos superfluos puede ser tan efímera que ni siquiera podríamos llegar a disfrutarla.
La felicidad infinita es alcanzada cuando iniciamos con el respeto propio, cuando no permitimos que nadie ni nada interfiera en el objetivo claro de nuestra existencia, cuando somos transparentes y consecuentes con nuestros valores y principios más altos.
Tenemos una sola oportunidad para ser felices y de paso, esa chance es muy corta en el tiempo. Solo por esto no debemos mantenernos estáticos e indiferentes, luchemos por obtener nuestra felicidad con todas las armas maravillosas que Dios nos ha entregado, somo seres hechos para amar porque somos productos del amor.
Pero la felicidad es también compartir, de nada habrá servido alcanzar el balance de amor propio, cuando nos embarcamos en la idea solitaria de que no hay más nada sino nosotros en este mundo. Compartiendo nuestros logros, entregando nuestros tesoros alcanzados a los que amamos, es así cómo le daremos sentido final a todo, es así como la sonrisa no podrá ser borrada de nuestros rostros.
Y tú ….. ¿qué haz hecho hoy para ser felíz?
http://www.capacitante.com/2011/09/nuestra-mision-ser-feliz.html