Fracasar no es tan malo. Cierto. De cada fracaso extraemos experiencia. Pero, ¿por qué anticiparlo? ¿Por qué nos decimos a nosotros mismos que hemos fallado antes de que se produzca el fracaso?
Es más duro de lo que pensaba.
Esto no vale la pena.
Tengo otras cosas más importantes de las que ocuparme.
Ya sea por miedo, por falta de motivación u otras razones, el fracaso puede anticiparse porque nosotros lo hemos decidido así.
En Lifehack.org nos sugieren que puede estar detrás lo que llaman “el pensamiento que apesta” (Stinking Thinking). Un nombre divertido para algo que no lo es tanto: elaborar una excusa convincente para rendirse.
Y es que, cuando vemos que nuestra meta se convierte en “mucho arroz para tan poco pollo” es fácil caer en este proceso mental pestilente.
Habremos de estar pendientes de cuándo comenzamos a pensar demasiado, intentando convencernos de que el fracaso está justificado, y ¡parar ese proceso!
Después de todo lo que nos hemos esforzado, la negatividad puede apartarnos de nuestros sueños y objetivos antes de tiempo.
Respirar, tranquilizarnos, mirar lo que hemos conseguido hasta ahora y enfocar en otro momento el asunto de manera más positiva, puede librarnos de ese fracaso anticipado.
Entonces tomaremos una mejor decisión.
http://tusbuenosmomentos.com/2012/06/pensamientos-anticipan-fracaso/